No hay mayor placer que estar en una casa y que huela a limpio. Es un olor que te traslada automáticamente a un lugar lleno de calma y a una persona le cambia el ánimo para bien.
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A continuación, podrás conseguir que tu casa huela siempre a limpio, con estos cinco consejos sencillos.
Ventilar la casa a diario. Una obviedad, pero necesaria. Cada mañana hay que abrir las ventanas de la casa para que entre aire limpio y salga el aire viciado lleno de partículas de polvo y ácaros. Además, se regula la humedad ambiental. La ventilación del hogar debe durar como mínimo unos 10 minutos. Si además se abren las puertas, se crearán corrientes y se ventilarán todas las habitaciones mucho mejor.
Usar ambientadores naturales. Los que tienen olor a lavanda y pino, son de los ambientadores que más duración tienen. Además, los puedes preparar en casa, en un bote de cristal o de plástico, vierte 6 gotas de aceite de eucalipto, 6 gotas de aceite de lavanda, 6 gotas de aceite de naranja y 125 mililitros de agua destilada. Rociar la mezcla por toda la casa. Se recomienda no usar ambientadores químicos, puesto que duran mucho menos.
Decora con plantas aromáticas naturales. Aportan un olor natural y especial que durará lo que duren las plantas, además de decorar y dejar la casa preciosa. Lavanda, laurel, menta, romero, cilantro, hierbabuena o el eneldo son plantas que, teniéndolas en casa, se mantiene un ambiente fresco y con muy buen olor. Los mejores lugares para colocarlas son la cocina y el baño.
Limpiar bien los suelos. Algo fundamental para que los olores de la casa sean buenos y frescos. Lo mejor es lavar los suelos de baldosa con un detergente que desinfecte y aporte aroma fresco. Mientras que, con los suelos de madera, tarima flotantes o parqué habrá que usar detergentes no corrosivos. Algunas veces puede hasta limpiarse con vinagre de manzana, que dejará los suelos perfectos además de con buen olor.
Utilizar brumizantes. Los aceites esenciales, además de los ambientadores naturales, conseguirán dar a tu hogar unos olores frescos y relajantes. Con un difusor de aceites esenciales los olores llegarán a todos los rincones. Respecto a los aromas, elige el que más te guste: lavanda, pino, menta, eucalipto, hierbabuena, limón, vainilla o coco, ¡tienes todo un mundo para elegir!