La Fresneda es una villa situada en la comarca de Matarraña, hacia el este de la provincia de Teruel (Aragón). Para muchos es uno de los lugares más bellos de España. Perfectamente descrito por la propia página del Ayuntamiento: “Si te gusta la tranquilidad, la belleza, la naturaleza o la gastronomía, desconecta y ven a disfrutar en un pueblo acogedor y en un entorno único”. Se destaca por su calidad de vida así como también por su oferta gastronómica y turística, en donde destaca un hotel-restaurante.
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El hotel y restaurante El Convent es uno de los sitios más emblemáticos de La Fresneda. Esta locación cuenta con un bellísimo espacio acristalado en 180 grados, lo cual permite ver lo que fue la nave central de la iglesia. Las plantas y el murmullo del agua aportan magia al patio y le otorgan ese halo, por lo cual no es de extrañar que haya seducido a propios y extraños.
Karlos Arguiñano, el renombrado cocinero vasco, cuenta en su haber con 15 estrellas Michelín entre 1982 y 1998. A sus 72 años sigue ayudando a cocinar a millones de personas, que lo siguen a través de sus programas gastronómicos desde 1991, cuando alcanzó la popularidad en “El Menú de Cada Día” (TVE).
El presentador quedó flechado por El Convent cuando conoció el sitio, en el año 2011. A tan solo 25 kilómetros del hotel y restaurante, se llevó a cabo el MotoGP de Aragón, al cual acudió. Se le recomendó visitarlo para cenar y accedió, pero además se quedó allí a dormir. Desde aquel momento, y hasta hace pocos años, fue un asiduo huésped, yendo a las carreras, vinculándose con la gente del lugar, mostrando su arte en la cocina del restó y desconectándose de todo lo demás. “Siempre habla con cariño de La Fresneda'', contó Ana Marta Romeo Villoro, propietaria del lugar, al medio Heraldo de Aragón.
Este restaurante de cocina tradicional que encantó a Arguiñano conjuga todos los ingredientes necesarios para que sus visitantes caigan rendidos ante su entorno mágico. El edificio del establecimiento fue la iglesia del Convento de los Mínimos en el año 1613, pero recién en 1999 las hermanas Romeo decidieron reformarlo y pasó a hacer lo que hoy se conoce como El Convent.