La espinaca es una hortaliza rica en hierro. Se cultiva como verdura ya que sus hojas son comestibles, de color verde y grande y es utilizada para ensaladas, sopas y una gran variedad de preparaciones. Tiene vitamina K, fibra, fósforo y tiamina. La mayor parte de las calorías de las espinacas provienen de las proteínas y los carbohidratos.
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Esta hortaliza, también es una fuente de proteínas, minerales, vitaminas y hierro. Para que no la tengas que tirar porque se pudre, la puedes conservar fresca en tu nevera por más tiempo si puedes seguir estos pasos. Corta las hojas de las espinacas justo cuando empiezan las hojas, este truco te ayudará a conservar las espinacas mucho más tiempo. Si hay hojas en la zona inferior de la planta no te preocupes, esas también las puedes usar.
Limpia las hojas de espìnaca con agua y déjalas remojo en el fregadero de tu cocina durante unos minutos. Después ponlas a secar en un paño o en papel absorbente de cocina, aprieta un poco para que saque el aire y coloca las espinacas envueltas en un tupper o caja de plástico cerrada herméticamente para que no esté en contacto con el aire.
Cada vez que quieras usar las espinacas frescas para cualquier comida, abre el bote de plástico sacas las hojas que quieras usar y vuelves a cerrar. Recuerda que debes guardarlo en la nevera. Puedes guardarlas durante 10 o 12 días y mantendrá las propiedades intactas.
También puedes guardarlas pre cocidas, para blanquearlas debes poner agua a hervir es una olla grande y coloca una cucharada sopera de sal por litro de agua. Sumergir por 15 segundos, con la ayuda de una espumadera o algún cucharón con agujeros, retiramos del agua hirviendo, y colocamos en agua bien fría para cortar la cocción. Así las podemos guardar y conservar en el freezer sin problema hasta que las vayamos a consumir.