El limón es una de las frutas más saludables que existen gracias a su valor nutricional. Es rico en vitaminas B y C, así como en potasio, calcio, hierro, magnesio y fibra. A esto hay que sumar que fortalece el sistema inmune y regula el pH. Ahora bien, del mismo modo que ocurre con el resto de alimentos, consumir limón en exceso no es una buena idea.
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Al igual que todos los cítricos, el limón es una fuente muy rica de vitamina C, la cual neutraliza el daño de los radicales libres y previene el envejecimiento prematuro de la piel y las células por sus propiedades antioxidantes. Según la Organización Mundial de la Salud, la dosis recomendada de vitamina C es de 90 miligramos al día para los hombres y 75 miligramos al día para los mujeres.
El riesgo de consumir este crítico todo los días es que pueden surgir diversas alteraciones gastrointestinales, como calambres abdominales y diarreas. A largo plazo, también puede favorecer el desarrollo de ataques de gota. El limón es un alimento ácido, así que comerlo en exceso puede agravar la irritación de esófago. La combinación de ácido ascórbico y ácido cítrico de este fruto se considera tóxica en cantidades muy elevadas.
En lo que respecta a la salud bucodental, comer demasiado limón tendrás el riesgo de provocar daños al esmalte dental ya que es un alimento demasiado abrasivo. Su contacto prolongado con los dientes acaba provocando debilitamiento y erosión dental.
Y, por último, cabe señalar que según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Porto Alegre, consumir limón por encima de la cantidad diaria recomendada puede causar la aparición o el agravamiento de los episodios de migraña.