SUPERMERCADOS

Esta es la razón por la que los intelectuales envidian la vida de las cajeras del Mercadona

¿Qué se esconde tras esa fantasía que más de una vez hemos escuchado: "Dejo todo y me voy a trabajar a Mercadona?

Mercadona, cajeras, supermercados.Fuente: producción Gastrolab.
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¿Cuántas veces lo has pensado o lo has escuchado: Dejo todo y me voy de cajera o cajero a Mercadona? Esta es una fantasía de muchos profesionales e intelectuales que idealizan una vida mejor como trabajadores de la cadena de supermercados, lejos de la oficina, del despacho o la universidad.

Intelectuales fantasean con una vida "más sencilla" como empleado de Mercadona. Fuente: Archivo.

Mercadona es la cadena de supermercados líder en España, acapara nada menos que el 25% del sector. Cada cierto tiempo, la empresa que dirige Juan Roig convoca diferentes plazas para cubrir, tanto a nivel temporal para cubrir campañas de verano o navidades, como para otros empleos de larga duración. Un contrato temporal de 40 horas para cajeras, por ejemplo, suele rondar los 1.400 euros brutos al mes.

Precisamente el sueldo que ofrece Mercadona es uno de los principales argumentos de profesionales de mayor cualificación o los intelectuales para desear cambiar radicalmente de vida y convertirse en cajeros o cajeras de la cadena de supermercado. El sueldo y el tiempo libre son los aspectos que mayor envidia generan en aquellos trabajadores que por sueldos bastante similares sufren, a su entender, una mayor presión, exigencia tanto interna como externa. Y, sobre todo ello, la imposibilidad de desconectar.

Mercadona lanza cada cierto tiempo su oferta laboral temporal y para empleados fijos. Fuente: Archivo.

La desconexión tras finalizar la jornada laboral, esa capacidad de cerrar el ordenador y olvidar las obligaciones hasta el momento en que nos incorporamos al trabajo al día siguiente es una de las fuentes de esa envidia que sienten los intelectuales sobre las cajeras de Mercadona, que, en su opinión no deben cuestionarse tareas como pasar el lector por los productos del supermercado.

El debate es amplio y profundo pero si bien los trabajos intelectuales requieren quizá un mayor esfuerzo cognitivo, la presión y la autoexigencia no están de forma obligada exenta al trabajo de una cajera de supermercados. Quizá todo se deba a que anhelamos más aquello que no tenemos y tendemos a idealizarlo o bien cuestión de probar y realmente dejarlo todo para ser empleado en Mercadona. Lo cierto es que tras las quejas, pocos intelectuales renuncian a su universo por una vida en apariencia más sencilla.