Las conservas nos ofrecen la posibilidad de disfrutar de determinados alimentos en cualquier momento y lugar. Sin mas esfuerzo que abrir la lata y añadir a nuestro platos atún, anchoas o sardinas. Sin embargo, lo cierto es que es prácticamente imposible encontrar, por ejemplo, sardinas al natural. Te has preguntado alguna vez por qué.
Te podría interesar
La gastronomía española establece ciertas “normas” y en ocasiones es difícil salirse de las tradiciones establecidas. No encontramos sardinas al natural en los supermercados, es decir, en conserva sin más añadido que agua. Una respuesta plausible es que estamos acostumbrados a conservar nuestros alimentos, como el pescado, en aceites y no al natural.
Los expertos en nutrición subrayan que este tipo de conservas para las sardinas y otro tipo de pescados sería muy positivo para nuestra salud, ya que habitualmente las encontramos en aceites como el de girasol o aceite de oliva. La mejor opción, y más cara claro, sería consumir conservas de sardinas o anchoas por ejemplo en aceite de oliva virgen extra. Una alternativa que se englobaría en productos gourmet y que no se localizan en todos los supermercados.
Las conservas en aceites de girasol, explican los especialistas en nutrición, pierden los nutrientes propios de cada alimento, es decir, del pescado y del propio aceite, dado que se produce un intercambio de ácidos grasos del aceite hacia el pescado y viceversa. Por ejemplo, si hablamos del atún en conserva, éste perderá omega 3 y absorberá ácidos grasos omega 6 del aceite de girasol.
Como hemos visto, aunque no podamos casi encontrar sardinas en conserva al natural, esta es la mejor opción junto a las que se venden en aceite de oliva virgen extra. Las sardinas son pescados azules ricos en omega 3, su consumo favorece la fluidez de la sangre y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos. Además, también rebaja el riesgo de trombosis y aterosclerosis.