No hace faltan estudios de mercado ni análisis económicos para ser conscientes de que los precios están subiendo de una forma desmedida. La luz y la gosolina llevan meses al alza y, en consecuencia, ahora le siguen los alimentos de gran consumo. La inflación rozó este mes de marzo que se acaba de ir el 10% en España, cifras que no se veían desde mediados de la década de los ’80. Pero unos productos sufren más que otros, te lo contamos.
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La situación actual se asemeja a una tormenta perfecta que golpea directamente al bolsillo del consumidor y dispara la inflación. Las aún consecuencias de la crisis del coronavirus, que alteró la vida del planeta entero durante dos años, se han sumado a dos escenarios que afectan directamente a la economía: la guerra en Ucrania y la huelga de transportistas en España. Este último conflicto parece haber perdido fuerza tras las medidas anunciadas por el Gobierno y el acuerdo al que han llegado los grandes sindicatos de camioneros con el Ejecutivo español.
El informe de una consultora asegura que aceite, la pasta y los arroces son los tres alimentos que subieron mas de un 150% en tan solo unos meses. El alza del coste del aceite para el consumidor ha sido exponencial, llegando a una subida de mas del 300%. Por otro lado, la pasta experimentó un incremento del 183%, mitras que el arroz lo hizo en un 181%. Lógicamente, la inflación es hoy uno de los asuntos que más preocupa a los españoles. Los productos de gran consumo en general viernes como sus precios crecían hasta un 5% de media.
Grandes cadenas de supermercados como Mercadona y Lidl eran los mas se resistían a trasladar la inflación a sus clientes pero ante esta situación no han tenido más remedio. A pesar de este contexto, precisamente Mercadona y Carrefour son las compañías que más crecen.
Ante el notable incremento de la inflación, los consumidores comienzan a cambiar sus hábitos al hacer la compra, una tendencia que ha registrado la misma consultora. Mientras un número aun todavía menor busca descuentos y promociones o elegir las marcas blancas para abaratar la cesta de la compra. Por otro lado, otros optan mantener la compra de alimentos habituales y prefieren reducir los gastos fuera de casa.