Parece algo muy sencillo ¿verdad? Conseguir que un bocata, la receta o plato más práctico, rápido y socorrido en España, se converse como recién hecho. Sin embargo, cuántas veces nos ha pasado, abrimos el envoltorio y parece que ese delicioso bocadillo que preparamos en el desayuno llevara días en nuestro bolso. Te contamos algún truco que puedes utilizar para que tus alimentos estén perfectos.
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En primer lugar, debemos escoger bien los alimentos que introduciremos en el pan del bocata, ya que algunos aguantan mejor el paso del tiempo y las temperaturas que otros. Por ejemplo, el jamón serrano, el lomo o el fuet tienen más resistencia a la temperatura ambiente que el jamón de york o la mortadela. En los quesos más de lo mismo, cuanto más fresco sea el queso peor será el resultado de esperar unas horas para comer el bocata.
En este sentido y al hilo de lo anterior debemos tener cuidado también con la humedad del bocata. Como truco para conservar en buen estado tu bocadillo recuerda que alimentos como el tomate, la lechuga o las tortillas poco cuajadas supondrán mayor humedad al bocadillo. Además, incrementar la cantidad de agua aumenta la presencia de microorganismos nocivos.
Otro truco al que prestamos poca atención cuando preparamos un bocata es el pan que utilizamos. En este sentido, el pan de molde se secará mas rápido que el pan común. Para una mejor conservación debemos utilizar un recipiente hermético, en especial en la nevera, lo que evitará la contaminación cruzada de los alimentos. También podemos optar por el papel film o aluminio, pero serán menos sostenible que la opción de un elemento reutilizable.
Finalmente, también debemos considerar cómo calentar el bocata. Este truco es muy sencillo, la mejor opción siempre será el horno, la tostadora o sandwichera y olvidarnos del microondas. A modo resumen y siempre que sea posible, lo mejor es consumir el bocata lo antes posible desde que lo preparamos. En el caso de que no podamos hacerlo, siempre tendremos a mano estos trucos.