El jengibre es una planta que pertenece a la familia de las zingiberáceas, cuyo tallo subterráneo es un rizoma horizontal muy apreciado por su aroma y sabor picante. Además, en los últimos años el auge de la comida asiática lo ha puesto en valor y cada vez son más los platos que lo incorporan entre sus ingredientes.
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La cocina es el principal lugar donde podemos sacarle provecho al jengibre, pero la salud también se ha visto beneficiada por su uso, ya sea para tratar distintas dolencias, como por ejemplo: dispepsia, flatulencia, cólicos, diarrea, vómitos, resfriados, gripe, entre otros. Además, se lo utiliza como estimulante del apetito. A continuación, te comentamos los distintos usos que puedes darle al jengibre en la cocina.
Como infusión
El primer uso que podemos darle al jengibre en la cocina es como infusión. La misma nos servirá para proteger el cuerpo del frío intenso. Para realizar esta infusión solo debemos rallar un trozo de la raíz y añadirla al agua antes de hervir a razón de no más de 10 g. por taza. Si lo deseas, podrás agregarle cardamomo, limón o canela para darle más sabor.
Como sazonador de ensaladas y guisos
El jengibre tiene la propiedad de ser un gran sazonador de preparaciones como sopas, guisos, purés, carnes, pescados, salsas, entre otros, ofreciendo un toque que, dependiendo de la cantidad utilizada, puede ser picante, dulce o amargo. Lo único que debe realizar es rallar una parte de la raíz (la parte sin cáscara) ya sea durante el momento de la preparación, o cuando la comida ya esté lista.
Como acompañamiento del pescado, junto con un poco de limón
El jengibre posee un sabor alimonado, por lo que al mezclarlo con el limón, ya sea con su jugo o con su cáscara, sus sabores se complementan. Puedes colocarlo en finas láminas o rallado sobre el pescado durante su preparación, o incluso al final para darle un toque de frescura.
Como especia
Ya sea que se compre molido o se muela en casa, el jengibre molido es muy versátil. En platos horneados combina perfectamente con otras especias: canela, clavo, pimienta o nuez moscada. Sorprendentemente, anima cualquier pasta y sirve también como condimento del melón. Solo recuerda usarlo con moderación, porque su sabor es fuerte.