El pan es uno de los productos más nobles que existen, puede comerse solo, o cortarlo en rebanadas y comer tostadas, puede usarse para armar sándwiches, para armar tapas, para sopar alguna salsa. Es de fácil preparación, tiene varias variedades y su cocción es dentro de todo rápida.
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Uno de los mitos que circulan es que el pan artesanal es mucho más sano que el pan que conseguimos en panaderías. Lo cierto es que para armar los panes se utilizan los mismos ingredientes: harina, sal, agua y algún elemento graso, por eso no hay diferencia entre un pan artesanal y un pan industrializado.
A mayor fecha de caducidad, mejor pan; este es otro de los mitos que circulan alrededor del consumo de pan. Lo cierto es que no tiene nada que ver la fecha de caducidad con la calidad del pan, es más si tiene mayor fecha de caducidad tiene más conservantes para que dure más tiempo fresco.
Otro mito que circula es que los diabéticos no pueden comer pan. Es falso este mito ya que no tienen problemas con las harinas, su problema es con la azúcar. Si los diabéticos deben prestar más atención al tipo de pan que consumen pero no que no puedan comer más pan.
La miga engorda más que la corteza, otro mito totalmente falso. La miga y la corteza del pan cuentan con los mismos ingredientes, la única diferencia que radica entre uno y otro es que al meter al horno el panificado la corteza pierde agua y por eso es más dura y crocante, pero es exactamente lo mismo.
El último mito que traemos en Gastrolab es el más conocido por todos y es que el pan engorda. Lo cierto es que los minerales y el hierro que proviene de la harina son necesarios para nuestro cuerpo pero si comemos una enorme cantidad de pan si vamos a engordar, pero el pan en si no engorda.