Estamos más expuestos que nuestros abuelos a la contaminación a través del aire, el agua y, por supuesto, los alimentos. Nuestro cuerpo puede absorber pequeñas partículas de metales pesados de diferentes diversos productos. Te contamos si el café y, en concreto el café descafeinado, es uno de ellos. Debemos tener en cuenta ciertas características para saber si realmente uno es más nocivo para nuestro organismo que otro. Veamos.
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Las normas en materia de seguridad alimentaria en muchos países alrededor del mundo cada vez son más severas y restrictivas. Además, el proceso de descafeinado del café no agrega metales pesados. Están presentes los metales en la tierra que se utiliza para su cultivo o la forma en que se recogen los granos y se manipulan.
Estos elementos se unen a que el proceso para conseguir el café descafeinado hoy es mucho más sofisticado y seguro que años atrás. Lo vemos, según sostienen los expertos, en la composición nutricional del café descafeinado y, desde luego, en su sabor. El café contiene antioxidantes y polifenoles que son beneficios para nuestra salud.
Existen diferentes formas de eliminar la cafeína del café, entre ellas, la más utilizada es remojar los granos aún verdes de café en disolventes autorizados por las agencias de salud. No es la única alternativa, otro método también empapa los granos en agua y ese líquido rico en cafeína se filtra a través de carbón activado que aísla la cafeína.
En todo vemos como el café descafeinado no tiene por qué aportar más metales pesados que el café normal. Si bien durante los procesos mencionados tanto uno como otro pierden parte de las propiedades nutricionales como alimento, el café sigue arrojando buenos resultados para nuestra salud en las investigaciones científicas. Siempre que no lo bebamos con azúcar y su consumo sea moderado puede formar parte de una dieta saludable.