Las semillas de girasol, más comúnmente llamadas pipas de girasol son algo que están muy arraigadas a nuestra cultura y que es más que común en nuestros hogares o eventos en sociedad. No existe espectáculo deportivo o en general que no se disfrute con unas buenas pipas de por medio.
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Es por ello que es importante también saber qué es lo que estamos consumiendo independientemente del placer de abrir su cáscara y devorar unas tras otras esas pipas de girasol tan deliciosas. Para comenzar un dato curioso sobre las semillas de girasol es que justamente no son la semilla del girasol sino que son el fruto que produce dicha planta aunque no lo parezca.
Las semillas de girasol se pueden recoger cuando la planta del girasol ya se ha secado y la manera de comercializar es muy variada. Puede ser de manera tostada o cruda, con o sin sal, y se vende con la cáscara o completamente pelada.
Ahora bien, qué propiedades y bondades tiene la semilla de girasol para nuestro cuerpo y sistema inmunológico. Por supuesto que es importante destacar el hecho de que para ello deberíamos consumirla sin sal y de la manera más pura y natural posible. Lo más importante de las pipas es un alimento muy rico en ácido fólico o también llamada vitamina B9 y flavonoides. A su vez son sumamente antioxidantes, antidiabéticas, antiinflamatorias y antimicrobianas.
Finalmente dentro de las bondades de las semillas de maíz podemos remarcar el hecho de que puede prevenir enfermedades crónicas ya que tiene un alto contenido de vitamina E y nutrientes básicos, fibra, proteína, hierro, selenio y demás componentes que colaboran enteramente con nuestro sistema inmunológico. Es por todo ello que además de ser una pieza de nuestra cultura española, comer pipas o semillas de girasol debe ser parte fundamental de nuestra nutrición y hay que intentar comer semilla de girasol casi diariamente en caso de ser posible.