El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control. Existen distintos tipos de cáncer de mama, y el mismo puede comenzar en distintas partes de la mama, aunque también puede diseminarse fuera de la mama a través de los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos. Cuando el cáncer de mama se disemina a otras partes del cuerpo, se dice que ha hecho metástasis. Pese a los avances alcanzados en la medicina, el cáncer sigue siendo una de las enfermedades que cobra más víctimas anualmente y una de las más complejas de abordar, en función del órgano donde sea detectado.
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Recientemente, se conoció la existencia de una iniciativa que revolucionará los tratamientos contra el cáncer de mama. La misma consiste en la implantación de partículas en aquellas zonas del cuerpo donde se encuentren alojados los tumores, de manera que luego sean calentadas para destruir el tejido canceroso. Este proceso involucra la resonancia magnética.
Esta nueva técnica consiste en una pequeña semilla magnética hecha de acero de grado quirúrgico, que se coloca en el tejido para marcar los tumores antes de la cirugía, y así ayudar al cirujano a localizar con precisión el cáncer en la sala de operaciones, así como a extraerlo de una pieza. Una vez colocado, no puede ser desalojado o dañado y es detectado con precisión milimétrica por una sonda.
Esta nueva solución para el cáncer de mama permite localizar la lesión por métodos menos invasivos. Además, se trata de un método libre de radiación y sin problemas de migración. Esta técnica está inspirada en la hipertermia magnética, un tratamiento experimental antitumoral en el que se emplean nanopartículas magnéticas que generan calor al ser expuestas a un campo magnético alterno externo inocuo para los tejidos.
Hasta ahora, la cirugía de las lesiones no palpables de la mama se realizaba marcando la lesión con un hilo metálico denominado arpón. Una técnica que presenta inconvenientes tanto para la paciente (como incomodidad, o incluso riesgo de hemorragia) como para el cirujano (localización imprecisa de la lesión o desplazamiento del arpón), por lo que esta técnica mantiene a los científicos y médicos muy optimistas, ya que esta tecnología podría llegar a ser utilizada para atacar el cáncer de mama y otros canceres cerebrales agresivos y difíciles de tratar.