Es parte de la tríada de utensilios básicos para toda cocina. No hay manera de empezar a pensar en un plato si no tenemos el cuchillo a mano. Y si bien en nuestras cocinas estamos rodeados de modernos electrodomésticos, no hay nada como un buen cuchillo y una tabla para sentir que estamos preparando el mejor plato del mundo.
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Hay infinidad de tipos, con diversos materiales, más grandes o más chicos, nos facilitan o, en algunos casos, nos empeoran la tarea culinaria. Porque no hay nada peor que un cuchillo que ha perdido el filo. Cuchillo que no corta… mejor no completar la frase.
Todo especialista en la cocina comenzará por diferenciar a los cuchillos en dos grandes grupos. Nosotros agregaremos un tercero que consideramos fundamental y luego te diremos por qué. Los dos tipos de cuchillos que hay son: puntillas y cebollero.
Vamos por el cuchillo puntillas, porque no hay manera de preparar una receta, sobre todo en la cocina occidental, sin un buen cuchillo puntillas. Es un cuchillo pequeño, que generalmente usamos para pelar. Frutas y verduras pasan por si filo. La idea, por su practicidad, es que sea liviano y fácil de manejar con la mano. Puede ser que un cuchillo puntillas sume a su filo un filo de sierra.
Por otra parte, si hablamos de cuchillo cebollero diremos que es “el” cuchillo para una cocina. Se utiliza para cortar piezas grandes. Con él podemos cortar carnes, pescados y frutas y verduras de buen tamaño. Si un cocinero debe posar para una foto, lo hará con este cuchillo en la mano.
En tercer lugar, y no menos importante, recomendamos tener siempre en el cajón de los utensilios un cuchillo de sierra para cortar el pan. ¿Por qué? Porque cortar panificados con un cebollero terminará por arruinar su filo. Además, nada mejor que cortar con prolijidad una rodaja para unas deliciosas tostadas.