Las cosas han cambiado para la hamburguesa en España. Es que hace no muchos años, se la consideraba un plato al que no se le pedía demasiada calidad. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte las cosas fueron cambiando. Primero fue la moda de las denominadas hamburguesas gourmet: filetes más gruesos y de mejor calidad combinado con una casi ilimitada cantidad de ingredientes y dos esponjosas tapas de pan de calidad.
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Ahora, y dándole una vuelta de página a las hamburguesas enormes y chorreantes, han surgido un tipo de hamburguesa que parece haber llegado para quedarse y de la que al parecer hablaremos bastante de ahora en más. Se trata de las “smash burguers”. Sobre ella Lucas Pigossi y Beatriz Molinari, creadores de Hideout Burguer, nos cuentan que “hace ya años que se servían en Brasil, pero en España fuimos de los primeros en ofrecerlas en España”.
El propio nombre de la hamburguesa nos brinda una pista sobre su principal característica: la especial forma en que se coloca la carne. Se pone en forma de bola en la plancha y se aplasta hasta conseguir un filete muy fino que se hace en muy poco tiempo vuelta y vuelta. A ella, a diferencia de las hamburguesas gourmet, la acompaña una lista bastante corta de ingredientes: lechuga, queso, tomate, pepinillo y bacon.
Eso sí, hay que tener especial cuidado para que el medallón de carne no quede seco. El truco estaría en algo más de grasa en la carne picada y el queso en la hamburguesa. Además, este filete más fino y la presión al cocinarlo consigue un caramelizado -el famoso efecto 'mailard'- que le da un punto crocante a la carne y la hace especialmente sabrosa.
Lo cierto es que lo que más caracteriza a las smash burguer es que son hamburguesas mucho más manejables, tanto por su tamaño y grosor, como por el hecho de incluir menos ingredientes. De alguna manera, es el regreso a las hamburguesas en que tranquilamente podíamos comer agarrándola con las manos.