Las zapatillas suelen ser el calzado que más utilizamos, no solo por sus diseños, sino también por su comodidad. Pero, al utilizarlas tanto, terminan acumulando mucha suciedad y bacterias, y cuando llega la hora de limpiarlas suele ser uno de los momentos que más detestamos. Pasarse horas y horas refregando las zapatillas para eliminar la suciedad es algo del siglo pasado.
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Utilizar la lavadora es el método más rápido para limpiar nuestro calzado, pero no es el más recomendado por los fabricantes. Esto se debe a la gran cantidad de agua que reciben en la lavadora y los movimientos del centrifugado, los cuales pueden ser perjudiciales para ciertos materiales. Pero, en el siguiente artículo te enseñaremos 3 formas de limpiar tus zapatillas en la lavadora sin estropearlas.
Las zapatillas deportivas son las que más pueden sufrir dentro de una lavadora, ya que las suelas se pueden despegar, podría dañarse la superficie e incluso acabarían deformándose. Por eso, te recomendamos retirarles los cordones, extraer las plantillas, y quitar la tierra con algún cepillo antes de meterlas a la lavadora. Los cordones podrían perderse o tapar el desagüe, las plantillas podrían deformarse y la tierra podría generar barro dentro de la lavadora. Por último te recomendamos lavarlas solas con un programa corto, en agua fría y sin centrifugar, así habrá menos riesgo de que las zapatillas se estropeen.
En el caso de las zapatillas blancas no te recomendamos que uses lejía, ya que la misma las dejará amarillas, y no queremos eso. Por eso es mejor realizar una mezcla casera a base de una parte y media de detergente y una parte de bicarbonato de sodio. Primero deberás humedecer las zapatillas con algún pulverizador, luego con un cepillo pequeño unta las zapatillas con la mezcla de detergente y bicarbonato. Deja que haga efecto durante unos minutos. Por último, colócalas en la lavadora pero no agregues ningún otro producto, deben lavarse solamente con agua.
Las zapatillas de tela deben sumergirse en agua previamente. Luego las frotaremos con un cepillo y jabón, de esta forma podremos quitar cualquier mancha que tengan. A continuación podremos introducirlas en la lavadora, pero sin los cordones y las plantillas. A la hora de secarlas recuerda colocarles papel o un trapo en la punta para que no pierdan su forma.