La rúcula es un tipo de hortaliza que pertenece a la familia de las brasicáceas. La misma se la consume desde la época romana, y es muy rica en vitaminas A, vitamina C, en compuestos fenólicos, como luteína y zeaxantina y en hierro, por eso suele ser uno de los alimentos más recomendamos para combatir la anemia. Además, posee vitamina K, la cual nos permite absorver correctamente los minerales en el cuerpo.
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Su consumo suele ser similar al de la lechuga, y es por eso que su uso en la cocina ha ido aumentando con el correr de los años, ya sea para preparar platos fríos o calientes como una ensalada, una pizza o una sopa. Además, puede adquirirse con facilidad en supermercados, ferias o incluso se puede cultivar en casa. Es por eso que en el siguiente artículo te contaremos 3 beneficios que obtendrás al incorporar la rúcula en todas tus comidas.
Si nunca consumiste esta hortaliza rica en vitamina C, te contamos que sus hojas suelen tener un sabor ligeramente picante y amargo, por lo tanto el queso suele ser uno de las mejores opciones para acompañarla. Ya sea en una pizza o en una ensalada, la rúcula y el queso son la combinación perfecta. Además, tiene efecto saciante, aporta muy pocas calorías y protege la flora intestinal.
Como verdura de hoja verde, contiene ácido alfa-lipoico, un antioxidante que reduce los niveles de glucosa en sangre, y eso la vuelve la hortaliza ideal para aquellas personas que sufren diabetes. Su nivel de vitamina K es interesante para evitar la osteoporosis. Como puede consumirse de manera caliente, puedes mezclar la rúcula con espinaca y crema y hacer un delicioso salteado.
La rúcula es también una importante fuente de carotenoides, unos pigmentos naturales reconocidos por sus beneficios en la salud ocular. Además, algunos oftalmólogos aseguran que su consumo puede ralentizar la degeneración macular, una de las principales enfermedades responsables de la pérdida de visión.