Las rosas están compuestas por un grupo conocido de arbustos que generalmente son espinosos y floridos y que son parte de la familia de las rosáceas. Se denomina rosa a la flor de los miembros de este género. Además, para que las rosas crezcan fuertes existe un truco que hasta ahora era desconocido y se trata de usar los plátanos.
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Las rosas siempre son una buena opción para decorar el jardín de la casa ya que sus flores embellecen cualquier rincón. Además, a la hora de armar un ramo, son muy elegidas y es por eso que las personas tienen a esta planta como primera opción para plantarlas en sus casas. Al igual que toda planta, las rosas tienen su cuidado y deben crecer fuertes para que tenga su flor.
Los rosales tienen como principal característica ser arbustos trepadores, espinosos y que su altura alcanza de los dos a los cinco metros. Las flores, que son aromáticas, se agrupan formando una bella flor. Además, tienen la particularidad de florecer todo el año y para que esto ocurra se debe podar las hojas marchitas. Las rosas pueden reproducirse y para eso hay diversos métodos y técnicas.
Esta técnica para una reproducción de las rosas es sencilla y mantiene un status sustentable y ecológico. En primer lugar, se debe conseguir una varilla sana de rosa que mida aproximadamente entre 20 centímetros. Lo aconsejable es cortarlas de manera diagonal para que el retazo de la rosa absorba agua y los nutrientes necesarios. Si optas por cortar un trozo de planta, el primer paso es curar al rosedal y para ello es fundamental hacerlo con aloe vera en el corte del esqueje.
Una vez curado el rosedal, se debe colocar la varilla en el plátano, la cual previamente se debe cortar en dos mitades. Recuerda no quitarle la cáscara al plátano. Luego, hay que colocar el esqueje con el plátano en el interior de una maceta y cubrirlo con sustrato, tierra y añadir algún fertilizante orgánico como la cáscara de huevo. Como último paso, se lo debe rociar con agua y guardar la maceta con la varilla y el plátano dentro de una bolsa negra con el espacio necesario para que no roce con la vara y en donde no le de el Sol de manera directa.