En algunas cocinas, hay compartimentos ocultos que muchos ignoran que existan y que, resulta que pueden hacer la vida más sencilla a la hora de cocinar y limpiar. El horno es uno de los electrodomésticos que más se usa en una cocina y que, en ocasiones, tiene un cajón que, conociendo sus posibles usos, cambiará la percepción de este espacio en la casa y del horno en sí.
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Un cajón mágico
Este cajón que llevan muchos hornos, tiene una importancia que no todo el mundo conoce. Se suele emplear para guardar cazuelas, sartenes u otros utensilios de cocina, dejando espacio libre en el resto de la cocina. Pero en realidad, el uso principal por el que se creó este cajón, es hacer la función de cajón calentador.
Este cajón ubicado, normalmente, en la parte inferior del horno, sirve para poder mantener comida caliente. Por ejemplo, si se prepara un pollo asado, pero va a tardar más en servirse por la hora, es mejor dejarlo en ese cajón en vez de en el horno, donde puede resecarse más y quedar más seco, y siga manteniendo el calor.
Otro uso para ese cajón, que es muy beneficioso para la cocina, es utilizarlo para dorar algunos alimentos. En este caso hay que meter la comida en el cajón para que se dore con cuidado, al tener el quemador justo encima.
Ese cajón está pensado también para poder preparar recetas en las que se necesite vapor para elaborarlas. Colocando una olla con agua en ese cajón se conseguirá que con el calor se cree ese vapor en el horno y cocer los alimentos de la manera más natural posible.
Lo que no guardar en ese cajón
Al igual que sirve para muchos usos, como se puede ver, hay algunos objetos que es mejor no introducir en ese cajón del horno. Se trata de alimentos que no necesiten o sean compatibles con el horno, alimentos que están envueltos en papel, así como los que estén envueltos en plástico.