Como ya sabes, los boletus son unos de los hongos comestibles más consumidos en España. En este otoño, en términos gastronómicos, significa que damos bienvenida a la temporada de setas. Ésta ha comenzado en buena parte de la geografía española por las lluvias de estas últimas semanas y donde los hongos son el gran acompañamiento.
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Los boletus crecen generalmente en pinares y en ocasiones en bosques de hoja caduca. Su olor es muy agradable; su carne, jugosa y firme; y tienen un característico sabor a avellana. Su color varía del blanco crema al parduzco. Estos hongos se caracterizan por no tener láminas como la mayoría de setas, sino unos tubos longitudinales.
¿Cocinar o conservar estos hongos?
Las recetas de otoño vienen muy bien con estos boletus, pero antes que nada debemos comprobar que estén sanos. Si está dañada la parte inferior del sombrero o muestra un color amarillo verdoso la quitamos. También hay que fijarse en que la seta no tenga caminos de gusano. Si encontramos partes dañadas, basta con recortar esa carne; el resto nos vale.
Para que el plato te quede perfecto con estos hongos, sólo queda cortar la base del tronco (por la tierra) y limpiar los boletus con un paño (¡nunca con agua!). El tronco, mejor con un cepillo y cuidado. Sin apretar demasiado. Si has hecho todo esto, este alimento está listo para una buena receta de otoño.
Ahora toca cocinarlos, deshidratarlos (aguantan 6 meses), congelarlos (duran hasta un año) o conservarlos en escabeche o aceite (hasta 2 meses en buen estado). Cualquier cosa que hagas con estos boletus, no dejes pasar mucho ya que es la temporada perfecta para que los hongos ingresen a las recetas.