El pescado tiene menos proteína que la carne pero contiene menos cantidad de grasas saturadas y más abundancia en ácidos grasos, favorables para nuestro organismo. Por eso toda dieta saludable debe contar con este alimento entre sus preferencias ya que al digerirse correctamente, evitaras trastornos gastrointestinales.
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Ahora bien, no todo pescado se puede considerar 100% saludable o que debe estar si o si en el plan alimentario. Si buscas una dieta sana y te ayude a contar con un organismo pleno, debes saber diferencias cual es el pescado más conveniente. Hoy te vamos a mostar cuales son ideales para evitar colesterol y que sean bajos en grasas.
Sin colesterol: Salmón y sardina
Estos pescados son esenciales en una dieta saludable y equilibrada por tener una gran carga nutritiva. Estas dos variedades son ricos en ácidos Omega 3 y Omega 6, que necesitamos para mantener nuestras arterias y nuestro sistema cardiovascular en buen estado. Además, estos ácidos ayudan a disminuir los niveles del colesterol malo y aumentar el colesterol bueno.
Bajo en grasas: Bacalao
Este pescado contiene proteínas de alto valor biológico y, también es un alimento bajo en calorías. Además, consumir aceite de hígado de bacalao es beneficioso por su alta concentración en vitaminas del grupo A y D, y por prevenir los resfriados, la tos y demás enfermedades del aparato respiratorio.
¿Qué tener en cuenta a la hora de comprar pescado?
- No a las especies de gran tamaño. Muchas especies almacenan altos niveles de mercurio. El pescado procedente de aguas profundas tiene menor riesgo de estar contaminado por metales pesados. Elegir aquellas más pequeñas reduce ese riesgo. En este caso, los más saludables son pescados blancos, el salmón y la trucha.
- Ojo con la panga. Las malas condiciones medioambientales de las piscifactorías en las que se cría, que usan productos agroquímicos, son en parte responsables de la mala fama de este pescado. La OCU publicó un estudio donde aconseja reducir su ingesta porque los residuos contaminantes están dentro de los límites legalmente tolerados, aunque no suponen un riesgo inmediato para la salud.