Conservar alimentos en la nevera, es una de las mejores maneras para que duren más tiempo y consumamos productos seguros. Muchas veces se comete el error de aguardar las sobras de la comida cuando estas aún están calientes sin tener precaución alguna o siquiera esperar a que se enfríen, ignorando que es un paso vital para una buena conservación.
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Meter alimentos calientes a la nevera no es una buena idea, pero no porque dicha comida se eche a perder, sino porqué la comida que se encuentra alrededor puede dañarse. Al incluir comidas calientes, la temperatura de los alrededores también aumenta, provocando un desbalanceo en los productos que están siendo refrigerados.
Otra de las razones por la cual no es buena idea introducir comida caliente al refrigerador, es porque el choque de temperaturas podría crear condensación dentro del refrigerador, lo que quiere decir que la pared podría generar hielo y a su vez desbalanceando el estado de los alimentos y dañando su estado por la humedad adicional.
¿Cuándo guardar comidas en la nevera?
Para consumir alimentos seguros, deben estar a cierta temperatura para que no estén en la zona de riesgo, esto quiere decir que el crecimiento bacteriano peligroso se genera entre los 5 y 57 grados Celsius, por lo que es mantener la temperatura de la comida menor a este rango si es que se necesita conservar por más tiempo.
Por eso, te recomendamos que nunca metas comida caliente a la nevera, es mejor esperarse a que esta se enfrié para evitar cualquier tipo de problemas. Para que no te sorprendas con lo que puede pasar en tu refrigerador, te vamos a mostrar un par de trucos que debes tener en cuenta para que los productos que consumas sean muy seguros.
- Separe los alimentos calientes en recipientes más pequeños. Cuanta más pequeña sea la porción, más rápido se enfriará la comida.
- Deje las sobras en recipientes de acero inoxidable para que se enfríen: el acero inoxidable transfiere el calor de los alimentos mucho más rápido que el plástico, y siempre puede volver a colocar la porción en un recipiente de plástico para almacenarla.
- Use un baño de agua helada: coloque los recipientes sobrantes en un fregadero lleno de agua helada y revuelva para que se enfríen aún más rápido.
- Agregue cubitos de hielo: si está enfriando sopa, estofado u otra comida que no se echará a perder con agua, mezcle un par de cubitos de hielo para ayudar a que se enfríe más rápidamente.
- Guarde los alimentos calientes en el nevera con espacio alrededor, para que el aire frío pueda circular.