El achiote es una especia originaria de América Latina, concretamente de México, este país la ha aprovechado desde los tiempos prehispánicos, incluyéndolo en numerosos platillos que aun en nuestros días se siguen considerando como un auténtico manjar. Según algunas culturas, esta planta se considera como sagrada por su peculiar color que los nativos del sureste de México relacionaron con la sangre, es decir, la fuente de la vida y el alimento de los dioses.
Si en realidad el achiote tiene una conexión con los seres que están por encima de este mundo o no, es algo que la ciencia aún no ha demostrado, pero lo que es un hecho es que este arbusto está lleno de propiedades que pueden darle a nuestra salud un impulso extra para realizar las tareas del día a día.
Sigue leyendo para descubrir cómo sacarle el máximo provecho a este regalo de Latinoamérica.
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¿Por qué es bueno comer achiote?
Mayormente conocido en Europa como onoto, el achiote, además de estar cargado de un intenso sabor ahumado parecido a la nuez, también contiene vitamina A, propiedades antimicrobianas que detienen el crecimiento de hongos y bacterias, sin mencionar sus demás cualidades.
Como por ejemplo las antioxidantes que evitan la aparición de radicales libres, los cuales atacan las células del cerebro provocando enfermedades degenerativas. De igual forma, el onoto estimula la salud ocular por su alto contenido de carotenoides y ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre.
Esta especia mexicana puede aprovecharse en guisos como sopas, pescados, arroz, carne o postres. Sin importar qué platillo decidas aderezar con achiote, te aseguramos que tu cuerpo lo agradecerá. Además, nunca está de más tener una experiencia cercana a los dioses prehispánicos