Sabías que la piel no solo es el órgano más grande del cuerpo humano, sino también es nuestro principal escudo contra el mundo exterior, por eso es tan común encontrar que ha te nido algún problema de resequedad, irritación, pigmentación o envejecimiento prematuro. Por supuesto, aunque es inevitable que nuestro cutis no demuestre los estragos del sol, contaminación, estrés, mala alimentación o demás situaciones que le afectan todos los días, esto no significa que debemos quedarnos sentadas y resignarnos.
Lo único que necesitamos para devolverle a la piel su belleza es pedir ayuda de una de las frutas más deliciosas de esta temporada, el mango. Este delicioso pedazo de paraíso tropical le aportará a tu rostro y cuerpo tanto un efecto hidratante como un quitamanchas, gracias a su alto contenido de vitaminas.
Convierte tu piel en tu mejor accesorio
Esto es lo que necesitarás:
- 500 gramos de Glicerina.
- Un mango maduro (en caso de no encontrar uno, lo puedes sustituir por dos cucharadas de aceite de mango)
- Luffa natural.
- Molde para jabón o algún recipiente de silicona desmontable.
Paso a paso:
- Parte el mango por la mitad para separar la pulpa de la cáscara y el hueso, después llévala a un procesador o licuadora hasta obtener un puré.
- Con ayuda de una olla derrite la base de glicerina a baño maria para combinarlo con tu puré realizando movimientos envolventes.
- Vacía tu preparación sobre un molde para joven o de silicona, agrega la esponja vegetal y lleva congelar por una noche dentro de la nevera.
- Pasado el tiempo solo queda soldar y cortar en pequeñas barras.
Las propiedades exfoliantes de la luffa harán que sea más fácil para tu cuerpo absorber las bondades del mango y convertir la piel maltratada en una piel de porcelana con un efecto bótox 100% natural preparado desde casa.