Seguimos creyendo que para bajar de peso es necesario matarnos de hambre o que solo podemos comer vegetales verdes y carne asada, solo veremos resultados comiendo alimentos insípidos y aburridos ¿Cierto? La nueva cultura de dietas nos ha demostrado que esto es totalmente una creencia del pasado, es posible perder peso comiendo platos llenos de sabor y muy apetitosos. Pero ¿Qué sucede con las personas que se siguen sintiendo culpables por comer? Quedaos a leer y descubrir qué ocurre cuando decidimos saltarnos la cena.
¿Qué pasa si me salto la cena?
De acuerdo con una investigación publicada por la revista Nutrients, las personas que no consumen alimentos por la noche engordan más que aquellas que sí lo hacen. Durante este estudio exhaustivo (que duró 6 años) se eligió a diversos voluntarios propensos al sobrepeso, aquellos que se saltaban la cena, aumentaron su peso original; mientras que aquellos que comían algo por las noches, se mantuvieron estables. Por otro lado, aún no existe suficiente evidencia al respecto ya que una investigación del British Journal of Nutrition señala que una cena saludable, libre de grasas y rica en proteínas y vegetales, puede ser de gran ayuda para prevenir la pérdida de masa magra durante la noche.
Por lo tanto, no podemos seguir creyendo en la premisa de no cenar para evitar subir de peso. Lo que recomienda la dietista-nutricionista y cocinera Mónica Barreal es llevar una alimentación adecuada que respete nuestros ciclos de hambre y saciedad. Si no sentimos hambre al caer la noche simplemente es porque nuestro cuerpo no está necesitando alimentos para seguir trabajando, así que es fundamental escuchar a nuestro organismo y atender sus necesidades en cuanto nos pida descansar o comer. Sin embargo, el ritmo de vida actual nos hace vivir desconectados del cuerpo y de sus señales, de modo que en algunos momentos puede que no sepamos distinguir la sensación de hambre de otros estímulos. Para evitar las confusiones, debemos tener horarios de comida bien establecidos.
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Consecuencias de saltarse la cena
La nutricionista Mónica Barreal, señala que saltarnos la cena puede dar lugar a los atracones nocturnos. Esto sucede porque las personas se despiertan con hambre por las madrugadas y van a la nevera o a la alacena listas para consumir los alimentos menos saludables que encuentren. A estas horas, el cuerpo prefiere productos fáciles de digerir y masticar, por ejemplo, magdalenas, bollos mojados con leche y otras opciones ricas en harinas, grasas, sal y azúcares. Como resultado, muchos nutricionistas no recomiendan saltarse la última comida del día, salvo en ocasiones particulares como un almuerzo pesado y rico en grasas.
La recomendación general es tratar de cenar 4 horas antes de dormir y si antes de ir a la cama seguimos sintiendo hambre, debemos apostar por alimentos ricos en triptófano (sustancia que nos ayuda a conciliar el sueño) como un vaso de leche caliente, plátano, arroz, avena o un mix de frutos secos. Estos alimentos serán los precursores de un desayuno saludable y mantenernos activos a lo largo del día. Recordemos que no se trata de cuántas veces comamos al día, sino de las calorías que ingerimos y las que gastamos, si nos mantenemos inactivos, corremos el riesgo de ganar peso.