Si no tienes una de estas fantásticas plantas en tu hogar, es el momento perfecto para que consigas una, ya que además de ser muy aromática, su color le dará mucha vida a cualquier espacio en donde decidas colocarla. La planta de lavanda tiene una gran variedad de usos entre ellos medicinales, y podrías adquirirla fácilmente en cualquier vivero en cualquier época del año, pero si tienes algún conocido que tenga una, puedes en tan solo dos pasos, extraer unas semillas y hacer tu propia planta de lavanda.
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La planta de lavanda tiene una flor alargada color violeta, y sus tallos son de un verde gris muy peculiar, lo que te recomendamos para la extracción de las semillas es que lo hagas cuando la flor ya no tenga ese color lila, si no cuando ya su color sea tirando al marrón esto te estará dando la idea que ya están listas para que puedas sacarlas sin problemas.
Para hacerlo coloca un papel absorbente para que cuando vayas sacando las pequeñas semillas no pierdas ninguna, luego corta las flores que ya veas secas, y suavemente con pequeños golpes irán cayendo la semillas, son muy pequeñas por eso es que debes colocar algo para que no se desparramen y las termines perdiendo en el suelo.
Una vez que ya las tienes, el proceso de sembrado es muy sencillo, si las quieres colocar en una maceta recuerda que siempre deben tener un buen drenaje, coloca tierra con humus y la profundidad de la maceta no debe ser menor a 30cm de alto. Una vez hecho este paso riega la tierra, las semillas las deberás plantar al otro día, es lo más recomendado ya que regar la tierra después que plantaste tus semillas puede provocar que se muevan y no queden enterradas correctamente.
Si lo haces en el suelo también debes verificar los pasos anteriores, buen drenaje un lugar con mucho sol y tener un buena tierra. La planta de lavanda crece bastante rápido así que si sigues estos sencillos pasos en poco tiempo tendrás en hogar esta preciosa planta que le dará ese toque aromático a tu hogar.