La ensalada es un plato universal y con posibilidades infinitas. Se puede preparar como la clásica ensalada mixta, hasta las ensaladas de fruta, con pescado, pollo, queso, variedades de vegetales… la ensalada es internacional y es uno de los platos estrella durante el verano por la gran frescura que aportan durante el calor.
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Según cuenta la historia, se cree que el origen etimológico de la palabra “ensalada” proviene del término latino “herba salata”. Término que los romanos usaban para denominar los vegetales en crudo aliñados con agua y sal. Añaden, que hay datos de que ya se consumía ensalada en el año 600 a.C. Los persas ya cocinaban ensaladas en sus menús en la antigüedad. También en el Antiguo Egipto tuvo una buena acogida este plato, puesto que ellos cultivaban vegetales y recolectaban fruta.
En la actualidad, se trata de un entrante que, a veces, se convierte en plato único que sigue triunfando y, que tiene un número infinito de combinaciones. Según la definición oficial, la ensalada es un “plato de verduras crudas o de alimentos fríos, aliñado con una salsa fría, que se sirve como entremés, entrante o antes de comer queso”.
Se conocen tres tipos de ensaladas distintas, según sus ingredientes.
Ensaladas verdes. La base son hojas vegetales, que se sirven crudas, principalmente de lechuga; o la romana, la escarola, la achicoria rizada, la endibia o el berro. Las verduras con hojas pequeñas también están presentes, como la espinaca, los canónigos, la rúcula, el radicchio o los berros. Se aliñan con vinagretas, aromatizantes, salsas y con otros productos, como picatostes, dados de panceta, queso, cebolla, ajo, etcétera.
Ensaladas simples. Un solo ingrediente de base, en crudo o cocido, que se sirve frío con alguna salsa de acompañamiento. Se pueden meter en estas ensaladas, verduras, carnes y crustáceos.
Ensaladas compuestas. Elaboradas con varios productos que contrastan sabores. as ensaladas compuestas se sirven como entrante, con asados calientes o fríos o como plato único.