La zanahoria es una de las verduras más consumidas en el mundo. Las podemos preparar en ensaladas, hervidas, al horno y porque no, fritas. Esta versatilidad que tiene la verdura naranja, hace que no dudemos en tenerla dentro de nuestras recetas. De todas formas, este gran vegetal tiene un secreto que muy pocos conocen y lo vamos a debelar en este momento.
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Poca gente sabe que tradicionalmente también se ha consumido las hojas y sus semillas aromáticas de la zanahorias. De hecho, había variedades con poca raíz que se cultivaban exclusivamente por sus hojas. Y esto es porque las hojas también son muy nutritivas y muy ricas. Contienen: Proteínas, minerales (potasio, calcio y hierro) y Vitaminas (A, B, E y K), especialmente vitamina C en mucha mayor cantidad que la raíz.
Como vemos, las hojas de las zanahorias tienen propiedades depurativas de la sangre y antisépticas, gracias a la clorofila (masticar hojas de zanahorias combate lesiones bucales y mal aliento) Además, esta parte del vegetal cuenta con un sabor fresco y ligeramente amargo que recuerda levemente al apio.
Para utilizar las hojas de la zanahorias, tenemos un truco que no falla en la cocción. En primer lugar, es necesario saber que, por un lado, tenemos los tallos y, por otro, las propias hojas. Elegiremos los tallos más tiernos y jugosos y desecharemos los que estén demasiado duros o secos. Todas las hojas verdes son aprovechables si no tienen daños visibles. Y lugar, es que puede cocinarlas tanto para saborizar las carnes como comerlas en un sopa.
Como has observado, toda la vida consumiendo sólo la parte de la raíz, pues ya sabéis que podemos comer la planta entera. Por lo tanto, si quieres algo nutritivo, no dudes en comer las hojas de la zanahoria.