Quizás no hayas oído hablar aún del daikon o rábano japonés, pero lo cierto es que este vegetal tiene notables beneficios para nuestra salud. De color blanco y con aspecto similar a una zanahoria, este alimento tiene un sabor algo picante y se utiliza en general en la cocina para encurtidos o bien deshidratado, crudo para ensaladas o cambiando con frutas.
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La planta daikon o rábano japonés es una crucífera de la familia de otros vegetales como la recula, coles de Bruselas o la coliflor. Si bien la raíz es la parte comestibles más utilizada en gastronomía, sus hojas también se consumen como remplazo de las espinacas. El nombre se debe a que en japonés daikon se traduce como “raíz grande”.
Podemos encontrar este vegetal durante todo el año aunque se aconseja su consumo durante el otoño e invierno debido a que en esta época adquiere sus mayor potencial. El daikon o rábano japonés tiene la piel muy fina y es crujiente y jugoso, algo menos picante que el rábano tradicional. Veamos ahora sus beneficios.
Si nos fijamos en sus propiedades nutricionales, el daikon o rábano japonés es muy bajo en calorías, por lo que está indicado para dietas de adelgazamiento. Si bien no es el alimento con mayor vitamina C que podemos consumir, su aporte es notable, especialmente crudo en ensaladas. También nos ofrece otros beneficios como vitamina A y contiene compuestos bioactivos que son antiinflamatorios, antioxidantes y protegen al sistema inmunitario.
El daikon o rábano japonés, al igual que otras crucíferas, también está relacionado con beneficios como el retraso del envejecimiento, así como una buena salud cardiovascular y la disminución del riesgo de sufrir enfermedades como por ejemplo la diabetes o patologías neurodegenerativas. Finalmente, debemos destacar que favorece la digestión y regula la acidez estomacal y previene la formación de coágulos en la sangre.