Cuando nos preguntamos cómo impulsar el sabor de nuestros platos las especies son las primeras aliadas que podemos encontrar. Algunas de ellas como el estragón nos ofrece versatilidad en la cocina, pero debemos conocer sus usos, cuáles son las recetas perfectas para este condimento y, por supuesto, sus beneficios.
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El estragón es una de esas especies culinarias muy extendidas en la gastronomía europea. Existen dos tipos de estragón, en francés y el ruso, este último presenta más aroma y un sabor algo amargo. En general, este alimento suele estar recomendado por los especialistas en nutrición en general debido a sus notables beneficios.
En cuanto a la cocina, el estragón suele estar presente en platos de cuchara y estofados de cocción lenta pero también podemos utilizarlo para acompañar carnes rojas y blancas. También lo encontramos en esas mezclas de especies como hierbas provenzales y en salsas de mostaza o setas. Como vemos sus usos son variados, de hecho existen ciertas recetas que destacan por el uso de esta especie como el pollo al estragón o la sopa la bullabesa.
Por otro lado, en cuanto a los beneficios que aporta el estragón a nuestro organismo debemos destacar su efecto digestivo, dadas sus composición en carminativas, que favorecen la eliminación de gases del intestino. Además, también podría prevenir las úlceras estomacales y mejorar al función del hígado.
Entre sus efectos positivos para nuestra dieta al incluirlo en la cocina también debemos señalar su contenido en antioxidantes evita la formación de los radicales libres y su acumulación, lo que reduce el riesgo de enfermedades graves. También podemos aprovechar sus beneficios a través de té o infusiones. En todo caso, sea como sea que introduzcamos esta especie en nuestra dieta se recomienda incluir cantidades pequeñas y en el caso de las embarazadas consultar con el médico por posibles efectos adversos.