Muchas veces tenemos condimentos en la cocina que nos pueden servir para otras comidas y no lo sabemos. Por ejemplo, La sal es un ingrediente tan básico en la cocina desde tiempos inmemoriales que, en realidad, casi ocupa una categoría propia.
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Nada más rico que una sal preparada a nuestro gusto y condimentada con frutas o verduras. Ya sabemos que hay diferentes tipos de sal en la cocina aunque ninguna es más saludable que otra, con la excepción de la sal reducida en sodio para quienes tengan necesidades nutricionales específicas.
En definitiva, es muy bueno utilizar los condimentos que nos va dejando la cocina y así preparar una buena sal. Para realizarla, recomendamos usar una sal de buena calidad, preferiblemente sin refinar, de textura gruesa pero delicada, como la mencionada flor de sal, tipo Maldon o, mejor, alguna local de salinas nacionales.
El objetivo de máxima es hacer una muy buena sal cítrica saludable, por lo cual necesitamos un condimento para usar al momento, como aderezo a la hora de servir, aunque también puede emplearse para cocinar. De ahí que precisamos de una buena calidad.
Teniendo en la cocina el ingrediente madre que es la sal, necesitamos la piel seca de varias frutas, en función del tamaño de estas, la cantidad de sal que queramos preparar y la potencia buscada. La proporción que recomendamos como guía de base es de unos 5-10 g de piel cítrica seca y molida (aproximadamente una cucharada algo colmada) por cada 120-150 g de sal. A partir de ahí, es cuestión de probar y ajustar.