Un nutriente es un producto químico que nuestro cuerpo necesita para realizar sus funciones vitales. Son, en definitiva, un elemento esencial para llevar una vida saludable y la mejor forma de incorporarlos es a través de los alimentos. En este artículo te contamos cuáles son los los perfectos para el envejecimiento.
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Comenzamos con el omega 3, nutriente que se halla en aceites naturales y el pescado fresco y que aporta ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), que son imprescindibles para reducir el colesterol y los triglicéridos. El magnesio es un mineral esencial para producir un tipo de energía que favorece la relajación de los músculos, sobre todo de los cardíacos. Mantener unos niveles adecuados de magnesio nos ayudará a prevenir derrames cerebrales y ataques al corazón.
Uno nutriente no tan conocido es la coenzima Q10 es un antioxidante que se encuentra en determinados alimentos como huevos, caballa, sardinas, salmón y la carne de de pollo o pavo. Si bien se recomienda consumir con moderación, en colaboración con el magnesio, el selenio, la vitamina C, la vitamina E y el zinc, ayudará a que tengamos una adultez con un corazón muy sano.
La vitamina D es un nutriente que se encuentra en huevos, pescado o incluso en algunos lácteos enriquecidos. Nuestro cuerpo produce vitamina D cuando exponemos la piel al sol. De la mano aparece la vitamina C que es un poderoso antioxidante que no puede faltar en nuestra dieta si queremos tener un envejecimiento saludable. Previene el daño celular, reduce el colesterol malo (LDL) y nos ayuda a tener una arterias más fuertes y más flexibles.
Los probióticos cumplen un rol importante en nuestra dieta para tener una buena salud intestinal que es esencial para absorber todos los nutrientes que necesita el cuerpo. En cuanto a la salud cardíaca y arterial el consumo de ajo nos ayuda a incorporar alicina, que nos permite relajar la inflamación de los vasos y mejorar así el flujo sanguíneo.
A través del consumo de tomate incorporamos licopeno, otro nutriente importante y saludable, que ayuda a protegernos de múltiples posibles enfermedades del corazón. También está presente en las las zanahorias. Por último deberíamos consumir alimentos que aporten vitamina E, como los aguacates, espinacas o almendras. Estos alimentos tienen propiedades antioxidantes y protectoras que nos ayudarán a reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar los niveles del bueno (HDL).