Las propiedades de la coliflor que aportan beneficios al organismo la han convertido en un superalimento, al igual que otros miembros de la familia de “crucíferas” (Cruciferae) o brasicáceas (Brassicaceae): col, brócoli, coles de Bruselas, entre otros.
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La coliflor se presenta como un superalimento ideal para cenar y adelgazar, ya que tiene un alto contenido de fibra: cada 100 gramos contiene 25 calorías. Además, este tipo de verdura contribuye al aporte de vitaminas de tipo B1, B2, B3, B4, B5, B6, C y E; calcio, hierro, magnesio, manganeso, fósforo y potasio; y antioxidantes que ayudan al cuerpo para el sistema inmunológico.
La coliflor, como otras verduras de su familia, tiene un alto contenido de isotiocianatos y glucosinolatos. Estos son dos tipos de antioxidantes que, en un contexto de alimentación saludable, favorecen el proceso de detenimiento del crecimiento de las células del cáncer.
Además, este superalimento contribuye a la salud de la próstata y el colon. Y por otra parte, ingerir coliflor ayuda a la prevención de enfermedades coronarias e intestinales. Es por ello que su consumo sería ideal para incluirlo en una alimentación saludable e incorporarla en preparaciones para la cena.
La coliflor como superalimento es ideal para aprovechar a la hora de la cena ya que da sensación de saciedad al masticar y digerir. Además, su alto contenido en fibra ayuda a ablandar las heces y poder expulsarlas del cuerpo. Se presenta ideal para adelgazar por su contenido de agua. Puede ser consumida en cuscús, lasaña, pizzas, ensaladas, salteados con otras verduras o en su forma “colirroz”: desmenuzada diminutamente, dando la textura del arroz. Y también puede prepararse gratinada, estofada, hervida, al vapor o asada. Su versatilidad permite consumirla como guarnición o como plato principal.