Las freidoras sin aceite vienen ganando popularidad en todas las cocinas. Claro, su principal ventaja radica en que no necesitan aceite para cocinar los alimentos, ya que fríen a través de aire caliente que circula a grandes velocidades en su interior. Esto permite que dejemos de ingerir grandes cantidades de aceite con nuestras comidas.
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Lo cierto es que no todo es color de rosas. Ya que muchos especialistas recomiendan no abusar de su uso en la cocina, ya que a pesar de los beneficios que citamos hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta para su uso. A nivel nutricional, los alimentos fritos en una freidora sin aceite no son del todo saludables. Engordan menos, es cierto, pero no se compara con comer alimentos naturales, hervidos a vapor o en formas de preparación más saludables. Lo cierto es que también son fritos y hay que reducir su consumo, porque tanto congelados como croquetas o similares son alimentos con altos contenidos en calorías y grasas.
Al respecto, la OCU, realizó un estudio en el que pidió precaución en el uso de estas freidoras sin aceite. Ya que existe la posibilidad de que en su proceso de cocción, generen algunas sustancias químicas que se generan al cocinar alimentos que contienen almidón y que se forman con las temperaturas elevadas y la humedad baja. Se generan por la reacción de Maillard, las alteraciones químicas que aparecen cuando un producto se dora.
Otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta, es seguir las instrucciones y modos de uso recomendados por el fabricante. Todas las marcas de este tipo de freidoras recomiendan utilizar una cucharada de aceite para que los alimentos no queden blandos, poco crujientes y sin cocinar por la parte inferior.
Al parecer con esto sería suficiente al menos, para freír roquetas, verduras, patatas y distintos productos congelados. Pero hay que tener cuidado con no echar más aceite del necesario. Más allá de que el alimento engorde más, el aparato se calienta en exceso y determinadas partes pueden quemar.
En este sentido, también es importante que la freidora no supere la temperatura recomendada ni el cestillo se cargue con más cantidad de alimentos de los indicados para evitar que se derramen.