Los alimentos probióticos son organismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota intestinal del huésped, tanto por implantación como por colonización. Es decir, que tomar probióticos es especialmente beneficioso para el conjunto de microorganismos vivos que residen en nuestros intestinos y que influyen en nuestra salud desde muchas perspectivas.
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Para que desarrollen correctamente su función en el aparato digestivo, los probióticos deben mantenerse vivos durante su tránsito por el intestino delgado y el colon. Además, es necesario que logren una buena adherencia al epitelio intestinal. Para cumplir estas exigencias, los productos que contienen probióticos deben mantener su actividad y viabilidad a lo largo del proceso de fabricación y almacenamiento. Para obtener todos los beneficios de estos preparados lo ideal es consumirlos en una concentración de 10 elevado a 7 bacterias vivas por centímetro cúbico. Esta información se encuentra en las especificaciones de las etiquetas.
Los probióticos se encuentran típicamente en alimentos ricos en bacterias como el yogurt, el chucrut, el kéfir, la kombucha, el kimchi, el queso crudo, el vinagre de manzana, las aceitunas, el suero de la mantequilla, el chocolate negro, todos los panes que fueron preparados con masa madre, entre muchos más.
¿Cuáles son sus beneficios?
Los alimentos probióticos disminuyen la ansiedad y la duración de las diarreas. Esto se debe a que las bacterias benéficas compiten y ganan el lugar en el intestino de las bacterias patógenas, reequilibrando la flora intestinal y regulando el PH a nivel del aparato digestivo. Por otro lado, aportan vitaminas A y B, ácido fólico, minerales como el magnesio, el potasio, el calcio, el yodo y el fósforo.
También aportan y mejorar la absorción de nutrientes, estimulan la producción de inmunoglobulinas A (IgA), células plasmáticas, linfocitos y macrófagos, las cuales defienden nuestro organismo. El consumo de probióticos tiene efectos anti mutagénicos, es decir que aquellas personas que consumen yogures tienen mucho menos riesgo de padecer cáncer que la gente que no lo hace.