Una de las grandes tendencias gastronómicas de la actualidad, en la búsqueda de opciones ligeras, rápidas y saludables, son los smoothies o batidos de frutas y verduras. Estas mezclas de fruta triturada con yogur y leche han llegado a tomar el trono de los desayunos saludables por su simpleza y aporte nutricional. Pero gracias al cruce de esta tendencia con otra proveniente de la gastronomía asiática que trata de servir todo en un bol, nacieron los smoothie bowls. Si quieres aprender cómo preparar un smoothie bowl, aquí te enseñamos a hacerlo.
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¿Cuáles son los beneficios del smoothie bowl?
Más allá de las fotos aesthetic de Instagram, donde se muestran un sinfín de smoothie bowls super atractivos, lo cierto es que son una opción muy interesante para sumar a nuestro recetario de desayunos, almuerzos y meriendas gracias a que son saludables, apetitosos, sencillos de preparar y muy versátiles. De hecho, son tan fáciles de preparar que en realidad no necesitas una receta como tal, aquí te enseñamos los pasos para hacer tantos smoothie bowls diferentes como quieras.
Además del recipiente en el que se sirven, la diferencia entre los smoothie bowls y los mas sencillos smoothies o batidos, es que los primeros cuentan con una base más espesa para poder añadir ingredientes sólidos que aguanten en su superficie.
¿Cuál es el mejor smoothie bowl?
La parte más importante del smoothie bowl es la base, el puré o batido de ingredientes que acogerá los ingredientes añadidos. Para que sea atractivo y sabroso lo mejor es apostar por un color llamativo, que además suele ser reflejo de las vitaminas de todo lo que hayamos usado. El verde es la apuesta teóricamente más sana, porque implica añadir ingredientes vegetales como hortalizas de hoja verde, perejil, coles o el clásico smoothie de aguacate , pero hay más alternativas. Puedes lograr un color amarillo utilizando mango o fruta de la pasión o rosa utilizando fresas y frambuesas.
La mejor forma de hacer smoothie bowls saludables
Si quieres hacer tu propio smoothie bowl, esta es la forma de lograr la mejor base.:
- 1 taza de mezcla de frutas y/o verduras. Para un mejor resultado, es preferible que al menos una de las frutas esté previamente congelada, pues estas conservan mejor los nutrientes, además de dar mejor textura.
- 1/2 taza de líquido. Puedes utilizar agua mineral, agua de coco, zumo de naranja natural, leche o bebida vegetal, yogur natural o lo que más te apetezca. Juega con las combinaciones para obtener el sabor y textura que desees.
- 1 cucharadita o 1 cucharada de endulzante. Para darle aún más sabor prueba agregar dulzor con miel, sirope de agave o de arce, dátil o ciruelas pasas trituradas, mantequilla de almendras o de cacahuete, etc.
- 1 cucharada de cereales, frutos secos o semillas. Los cereales son ricos en vitaminas, minerales y proteínas, y suben el contenido energético y el poder saciante del smoothie bowl. Además ayudarán a dar consistencia a la base
- 1/4-1/2 cucharadita de especias o aromas. Es opcional, pero un poco de canela, cúrcuma, jengibre, vainilla o cardamomo pueden subir de nivel el sabor final.
Los mejores toppings o ingredientes para tu smoothie
Cuando ya tenemos la base de nuestro smoothie, siempre con la textura que más nos guste pero procurando que no sea muy líquida, sigue añadir los ingredientes sólidos que más nos apetezcan. Puedes utilizar los mismos de la crema que te hayan sobrado, para potenciar el sabor y jugar con las texturas, o añadir otros diferentes.
Si te gustan los contrastes prueba a mezclar frutas frescas con ingredientes crujientes como almendras, nueces o sésamo ligeramente tostado en una sartén sin aceite. El coco da un toque exótico que combina muy bien con casi todas las frutas, y los frutos rojos frescos pueden aportar un contrapunto ácido muy interesante. También puedes agregar chocolate picado o rallado, incluso cacao en polvo sin azúcar para dar un toque amargo.
¿Cómo hacer smoothie bowl?
Para preparar smoothie no se necesita mucha ciencia, de hecho es tan fácil como pelar y triturar los ingredientes de la base. Prácticamente el único utensilio que necesitarás será la licuadora, aunque seguro que hay muchas otras formas de moler los ingredientes.
Una batidora de vaso tipo blender, una picadora, un robot con cuchillas para triturar, la típica batidora de brazo, una licuadora potente o una máquina de alta gama como la Thermomix son las principales alternativas que tenemos a nuestro alcance.
Siempre es mejor empezar triturando la fruta que tengamos previamente congelada, añadir los demás vegetales y después incorporar poco a poco los líquidos y lácteos, ajustando la cantidad según la textura. Los ingredientes como copos de cereales o semillas es mejor triturarlos aparte antes de añadirlos. Después iremos probando para endulzar o sumar algún aroma, si lo consideramos conveniente.
Finalmente solo queda servir el batido espeso en un bol del tamaño apropiado, agregar el resto de ingredientes y disfrutar tranquilamente de nuestra creación con una cuchara. Lo más recomendable es tomar el smoothie en el momento, aunque podemos preparar la base antes y añadir los productos extras en el instante en que lo vayamos a consumir.