Estamos convencidos de que las gambas al ajillo son uno de los platos estrella de la cocina española, es por eso que hoy queremos enseñaros a prepararlas, para que podáis sorprender a vuestros comensales. Según Merca2, es una tapa clásica muy fácil de preparar que se puede acompañar con un trozo de pan bien remojado en el aceite restante de los mariscos y el ajo. Lo usual es presentar el plato con la gamba ya pelada, pero en algunos lugares de España se sirven con la cabeza para conseguir un sabor más intenso. Si no os gustan las gambas, podéis sustituirlas por langostinos o gambones.
Otro punto a favor es que esta preparación puede servir como base para otras recetas como espaguetis con gambas o la combinación a la gallega por excelencia: Gambas y pulpo al ajillo. Si vosotros no sabéis limpiar estos mariscos, poned atención: Si son frescas, hay que retirarles la cabeza y la cola. Para limpiarlas hay que colocarlas en un cuenco y enjuagarlas para quitarles las impurezas. Después hay que secarlas con un trapo de algodón o papel de cocina. Una vez limpias, hay que escurrirlas perfectamente. Por último hay que darles una salpicadita de sal.
Receta de las gambas al ajillo
Ingredientes
- 1 kg. de gamba congelada o fresca
- 20 dientes de ajos
- 2 guindillas secas (también valen la pimienta de cayena)
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida al gusto
¿Cómo preparar las gambas al ajillo?
- Añade aceite de oliva virgen extra y las guindillas a una cazuela de barro.
- Pela los dientes de ajo y córtalos en rodajas finas.
- Calienta el aceite e incorpora los ajos para dorarlos. Una vez fritos, retira el ajo y resérvalos.
- Añade las gambas y sube la temperatura. Salpimienta al gusto.
- Añade las guindillas y los ajos. Remueve todo para que se mezclen los sabores.
- Sirve inmediatamente.
Consejos para unas gambas al ajillo perfectas
Selecciona gambas frescas y de buena calidad, evita adquirir las que ya están peladas. Por otro lado, las gambas se cocinan muy rápido, así que asegúrate de no sobrecocinarlas. Si se cocinan demasiado tiempo, se volverán duras y perderán su sabor, para lograr una buena fritura, hay que usar un aceite de oliva de buena calidad. Para evitar que el ajo se queme y se vuelva amargo, es importante añadirlo al final de la cocción, de igual manera se puede añadir un chorrito de vino blanco o vinagre de Jerez para resaltar su sabor. Lo mismo ocurre con el perejil, que se debe añadir justo antes de servir. Por último, las gambas al ajillo se deben servir calientes y acompañarlas de un buen pan y vino blanco fresco.