A continuación, vamos a presentar un bocado delicioso que seguramente va a conseguir muchas adhesiones. Se trata de unas deliciosas croquetas de jamón y queso, blandas y cremosas por dentro y bien crujientes por fuera. Parece una combinación de texturas difícil de lograr pero no temas, es sencillo de hacer.
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La clave de la receta está en respetar las cantidades que utilizamos para hacer la base de toda la croqueta, la salsa bechamel. En algunos casos, si los ingredientes añadidos pueden llegar a aportar más agua o jugo es necesario que para que esa humedad no afecte a toda la preparación es necesario que nuestra bechamel sea más espesa.
Si embargo no será el caso de esta receta, ya que estas croquetas caseras se parecen bastante a la preparación típica bien sazonada con pimienta y nuez mosacada y un ingrediente que le va a dar un toque increíble: los tacos de jamón serrano. Así que, si queréis hacer unas croquetas de jamón perfectas prestad atención a los pasos que os dejamos a continuación, junto con algún que otro truco, y os garantizamos que podréis disfrutar de un bocado delicioso.
Ingredientes
- 65 g de mantequilla
- 65 g de harina de trigo
- 500 ml de leche entera
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de pimienta negra molida
- 1 pizca de nuez moscada
- 100 g de jamón serrano en tacos pequeños
- 2 huevos
- 200 g de pan rallado
- 500 g de aceite de oliva para freír
Paso a paso cómo hacer las más crujientes croquetas de jamón
Lo primero que debes tener en cuenta para realizar tus croquetas de jamón serrano es la cocción de la salsa bechamel. Para ello deberás colocar en una cacerola o sartén honda 65 g de mantequilla y la calentaremos hasta que se funda. En ese momento, añadimos 65 g de harina de trigo.
Vamos a cocinar la harina con la mantequilla a fuego lento durante algunos minuto y luego verteremos poco a poco y removiendo continuamente, 500 ml de leche entera que habremos calentado previamente. Una vez incorporada toda la leche, cocinamos la bechamel a fuego suave hasta que se desprenda de las paredes de la sartén.
Una vez que la bechamel esté lista será el momento de salpimentarla al gusto y añadirle una pizca de nuez moscada recién rallada. Luego le añadimos 100 g de jamón serrano troceado en tacos pequeños, lo mezclamos bien y dejamos templar un poco la mezcla.
Para formar las croquetas, vertemos la masa de las croquetas sobre un molde cuadrado que habremos forrado con papel film resistente a la temperatura de la masa, y alisamos la superficie. Una vez la masa de las croquetas esté fría la tapamos con más papel film y la llevamos a la nevera al menos 3 horas o, mejor aún, de un día para otro.
Cuando vayamos a hacer las croquetas, sacamos la masa de la nevera, la volcamos sobre una bandeja y le quitamos el papel film. Posteriormente cortamos la masa en las porciones que vayamos a utilizar. A continuación, las empapamos en el huevo batido y luego las cubrimos con pan rallado.
Una vez formadas y rebozadas todas las croquetas, podemos llevarlas a la nevera media hora para que no se nos abran en la fritura. A continuación, preparamos una sartén con unos 500 g de aceite de oliva, o la cantidad suficiente para freír, y freímos las croquetas de jamón en tandas pequeñas de 3 o 4 croquetas. Una vez fritas todas las croquetas de jamón, las iremos pasando a un plato preparado con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y dejarlas más crujientes.