Hoy vamos a enseñarte cómo preparar un pastel de espinacas y queso. Es una receta que lleva el nombre de sapanakopita, es un emblema de la cultura griega y no hay panadería que que no la ofrezca, ya sea entera como en porciones. Su preparación es muy sencilla ya que todos los ingredientes del relleno van en crudo, tanto las espinacas como la cebolla, y todo se mezcla con el queso feta, el cual podemos aligerar con un poco de queso crema, para darle también más untuosidad a parte del huevo, abundante eneldo y pimienta negra molida.
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La parte que lleva un poco más de cuidado es las capas de masa filo, la técnica para que te queden perfectas es colocar una detrás de otra, y cada una debidamente untadas en abundante mantequilla derretida. Aunque sin duda alguna, una de las claves del éxito de este pastel de espinacas y queso feta, es la técnica de humedecer la masa filo. Te contamos cómo hacerlo a continuación.
Ingredientes
- Pasta filo, 10 hojas
- Mantequilla, 150 g
- Queso feta, 150 g
- Queso crema, 200 g
- 2 huevos
- Eneldo seco, 2 cucharaditas
- Sal, c/s
- Pimienta negra molida, abundante
- 2 cebollas
- Espinacas frescas, 400 g
- Pan rallado, 150 g
Preparación
Antes de arrancar con nuestro pastel debemos precalentar el horno a 180 ºC. En un bol, mezclar el queso feta con el queso crema, el eneldo, la sal y la pimienta negra. Picar finamente la cebolla o la cebolleta, y agregarla a la mezcla junto con los huevos. Batir bien con la ayuda de unas varillas para conseguir que el queso feta quede lo más triturado posible.
Lavar las espinacas escurrirlas y picar bien chiquitas también. Añadirlas a la preparación previa mezclando todo muy bien. En una bandeja apta para el horno disponer una generosa capa de pan rallado - normal o con perejil y ajo. Encima del pan rallado ir disponiendo las láminas de masa filo. Lo ideal es que compartan el centro pero que se abran hacia los cuatro lados. Para después, ir doblando sobre ellas mismas y hacer la empanada.
Cuando ya estén todas las capas puestas, poner en el centro la mezcla de las espinacas previamente preparadas y doblar, una a una desde cada lado, esas capas de pasta filo hacia el centro. Poniendo por supuesto un poco de mantequilla derretida entre cada capa. Lo ideal será dejar un par de láminas de masa filo para el final. Así, con ellas, cubrimos por encima el pastel. Cortar el pastel en cuadrados, llegando hasta el fondo y pincelar de nuevo por encima con mantequilla. Llevar al horno y cocinar durante una hora aproximadamente o hasta que esté bien dorado por encima. A disfrutar.