La cebolla es utilizada en infinidad de platillos a veces en acompañamiento o como entrada rebozadas en huevo y panko. Uno de los mejores aderezos que podemos tener siempre en la despensa es esa cebolla frita que añade un toque crujiente delicioso a multitud de platillos.
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No hace falta complicarse la vida haciendo una fritura como tal; el microondas también permite cocinar fritos, o platos muy similares, en tiempo récord. Dependiendo de nuestra destreza con el cuchillo a la hora de cortar las cebollas, no tardaremos mucho más de 20 minutos.
Utilizar cebollas frescas en preferencia las de color morado. Esta variedad es mucho más dulzona, se corta más fácilmente, tiene un aroma más fragante y agradable para lograr un aderezo crujiente mucho más rico. Solo necesitamos tres ingredientes básicos para la receta.
Ingredientes
- 3 cebollas que no estén viejas
- 125 ml de aceite de oliva extra virgen
- Sal
Pelar las cebollas y cortar en tiras o láminas, cuanto más delgadas sean, más rápido se cocinan, solo habrá que tener más cuidado para que no se quemen. Pon la cebolla en un recipiente amplio apto para el microondas. Mezcla con las manos suavemente para separar las piezas que hayan quedado adheridas entre sí y añadir el aceite.
Preparar un plato o fuente cubierto con dos o tres hojas de papel de cocina, y una espumadera o cuchara con pequeños agujeros. Cocinar en el microondas a máxima potencia durante cuatro minutos. Sacar con cuidado usando guantes, remover y volver a introducir en el aparato. Cocinar por dos minutos más a máxima potencia y sacar de nuevo con más cuidado aún.
Remover y comprobar el punto de cocción según el tono de dorado. Si ya están bastante tostadas, pero aún algo pálidas y blandas, volver a cocinar en intervalos de 30 segundos, removiendo cada vez. Deben quedar con un tono tostado pero justo antes de ponerse demasiado oscuras o churruscadas. Aún en caliente, salar al gusto, para que se quede la sal adherida a las cebollas.