El chutney es uno de esos condimentos exóticos que se ha puesto de moda en los últimos años en España. Es originario del oeste de India, esta variedad de especias dulces y picantes es un acompañamiento muy popular. Es un condimento sin gluten, picante o salado, y se elabora con frutas, verduras y/o hierbas con vinagre, azúcar y especias.
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Para entenderlo desde nuestro punto de vista, podríamos definirlo como una especie de confitura en la que frutas o verduras se cuecen a fuego lento, y el resultado es una explosión de sabor que inunda nuestro paladar y que es un perfecto acompañante para carnes frías, pescados, empanadas, ensaladas, fiambres o quesos, entre otros. Lejos de ser una receta única e inmutable, existen infinidad de tipos de chutney, de hecho podemos crear tantos sabores como frutas o verduras tengamos en nuestra casa.
Preparación
A pesar de que a primera vista nos resulte un plato lejano o extraño, su elaboración es de lo más sencilla. En primer lugar, debemos pelar, limpiar y deshuesar las frutas y las verduras que vayamos a utilizar. Las troceamos y las pondremos en una cazuela. Añadiremos el vinagre, las especias y el azúcar. Es recomendable disolver antes las especias molidas en un poco de vinagre y agregar esta pasta a los ingredientes del chutney para que se traben con facilidad. Removemos todo a fuego lento hasta que veamos que se disuelve el azúcar y llevamos a ebullición.
Para continuar con esta receta, una vez que veamos que la mezcla está espesa y se ha eliminado el exceso de líquido podremos repartirlo en varios tarros calentados. La duración de este proceso de cocción variará dependiendo las frutas y verduras que hayamos utilizado. Es decir, las frutas más duras y grandes, como por ejemplo una calabaza, tardará más en estar cocida que las más blandas, por ejemplo, un calabacín. De todas formas, no debería tardar más de una hora y media en estar listo.
Los tarros en los que vamos a introducir el chutney deben estar calientes para que no estallen ya que lo vamos agregar cuando todavía esté hirviendo. Los frascos los podemos calentar en el horno, a baja potencia o tenerlos sumergidos en agua caliente. Hay que cerrar los frascos apenas los llenemos, y puede durar entre 2 a 3 años almacenado, siempre recuerden colocar la fecha de preparación.