El pesto es una de las salsas que nos puede servir no sólo para condimentar pasta sino también para aliñar ensaladas, carnes, e incluso pescados. Su origen es de Génova, y tradicionalmente se elaboraba con albahaca, ajo, piñones, queso parmesano y aceite de oliva, pero con los años la receta original ha sido versionada con diferentes ingredientes. La clave está en que se prepara sin necesidad de encender hornallas, sino triturando bien la mezcla.
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Una vez elaborado el pesto, se puede meter en un bote y cubrir con un dedo de aceite de oliva virgen extra. Aguanta bien en la nevera durante tres o cuatro días. Este pesto de guisantes queda de maravilla mezclado con unas patatas recién cocidas, troceadas, a modo de ensaladilla.
Ingredientes
- Pasta corta, 360 g
- Sal, c/s
- Guisantes congelados, 300 g
- Parmesano, 70 g
- Pistachos, 50 g
- Aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas
- Agua, 3 cucharadas
- Pimienta negra molida, abundante
- Pasta de pistacho, 2 cucharadas
- Hierbabuena fresca, unas hojas
Para la preparación, lo primero que haremos es poner a hervir en un cazo abundante agua, por lo menos 3 litros. Cuando rompa a hervor, añadir la pasta y bajar el fuego a una temperatura media. Dejar cocinando el tiempo que marque la bolsa según las instrucciones del fabricante.
Para el pesto vamos a descongelar los guisantes en el microondas durante 2 minutos, también se pueden descongelar en la nevera durante doce horas previamente. En una trituradora, meter el queso parmesano con los pistachos pelados hasta hacer una tierra con los mismos, agregar los guisantes con el agua y triturar hasta conseguir una pasta cremosa. Agregar la pimienta negra y, si fuera necesario, algo de sal.
Cuando la pasta esté lista, calentar en una sartén ligeramente el pesto con un par de cucharadas del agua de la propia cocción. Mezclar bien y entonces añadir la pasta directamente del cazo. Emplatar colocando y agrega por encima más crema de pistachos y guisante y decora con unas hojas de hierbabuena.