Los fanáticos de la carne vacuna no se pueden perder uno de los cortes más amados por los argentinos. Hablamos del bife de chirizo, una pieza que se encuentra en el lomo de res y posteriormente se corta en porciones anchas ligeramente triangulares para ser cocido.
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Este famoso corte vacuno tiene la particularidad de ser muy ancha por lo que al llevarlo a la sartén o parrilla, debemos tener en cuenta una serie de factores para que el bife de chirizo no se “arrebate” quedando calcinado por fuera y crudo por dentro, algo que no les agradará a los comensales.
El primer paso para cocinar este lomo es sellarlo al sartén, o a las brasas siempre será la manera más sencilla, además de que es el mejor método para destacar el sabor de este corte. En un comienzo hay que calentar el sartén al máximo. Sabrás que está lo suficientemente caliente cuando salpiques unas gotas de agua y éstas chisporrotean, se evaporan o bailan encima de la superficie. Mientras esperas que se caliente, retirar los bifes de chorizo de su envase y comenzar a sazonarlos.
Un excelente maridaje es agrega aceite de oliva extra virgen a cada bife de chorizo para que su capa exterior quede crujiente. Mover unos 2.5 centímetros de su posición original al pasar algunos segundos para evitar que se peguen. Cocinar hasta que tengan una costra dorada con algunos puntos negros y carbonizados.
Finalmente se deben voltear los bifes de chorizo sólo una vez. Después de un minutos si lo quieres rojo, dos minutos para que quede en término medio, tres minutos para que la carne quede tres cuartos, y cuatro, para que quede bien cocida, aunque no se recomienda comerla así ya que la carne se pondrá dura. El secreto para conseguir un excelente sellado es que el sartén esté caliente y cocinarlo solo el tiempo necesario. Los mejores bifes de chorizo tienen una cobertura exterior sellada y crujiente.