El helado es el postre estrella de España y cómo no de Madrid la capital del reino. Son muchas las opciones que podemos encontrar, pero algunas de ellas están el top de las más originales.
Pero también encontramos establecimientos que desde la mitad del siglo pasado funcionan en la ciudad, que sobreviven gracias a la calidad de sus productos y que por supuesto deben formar parte de cualquier guía que se precie.
En Maison Kayser (Calle Velázquez, 126) podemos encontrar uno de los más originales, su laureado croissant crujiente relleno de un cremoso helado de vainilla y con toppings a tu elección: con cinco toppings diferentes a elegir entre natural, oreo, lotus, caramelo y pistacho.
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Dentro del apartado de “originales” también nos encontramos con el que ofrece la heladería La Pecera (Calle Cádiz, 10), un gofre con forma de pez (teriyaki) que puedes combinar con cualquier topping (crema de chocolate, fresa y dulce de leche) y helado que prefieras.
Y la tercera que no puedes perderte, si estás buscando originalidad, es la heladería creada por el pastry Chef Jordi Roca (sí, uno de los multiestrellados hermanos Roca), Rocambolesc (Mercado San Miguel). Te recomendamos el brioche relleno de tu helado preferido, así como una gran variedad de toppings.
Rocambolesc abrió sus puertas en la ciudad catalana de Girona en el año 2012, y la idea detrás de este concepto surgió cuando Jordi Roca quiso revivir el carrito de postres que alguna vez formó parte del servicio en El Celler de Can Roca. Inspirado en los carritos de helados tradicionales, Jordi decidió crear una heladería que ofreciera una experiencia única y lúdica, combinando la alta gastronomía con el formato más accesible y divertido de una heladería.
Esta heladería se caracteriza por su diseño inspirado en la obra de Roald Dahl y el mundo de fantasía de Willy Wonka, con una estética colorida juguetona que atrae tanto a niños como a adultos.
Jordi Roca aplica su creatividad a la elaboración de helados artesanales, utilizando técnicas modernas y una amplia variedad de sabores. Entre sus creaciones más destacadas se encuentra helados de sabores poco convencionales como el panet, un brioche relleno de helado que se calienta en el momento de servir, y el osito de gelatina, inspirado en el popular dulce infantil, el helado con algodón de azúcar que no puedes perderte o polos de gran variedad de formas, que van desde el oso del madroño madrileño, o la mano del manco de Juego de Tronos.
Y si lo que buscas son los helados más raros de Madrid te recomendamos que no te pierdas los siguientes:
Al lado de la parada de metro de Ópera tienes Kalk, con helados de los más “raro”, que van desde el negro negro (color) con sabor a coco, o su exótico sorbete de mango, o Ube, violeta con sabor a nuez.
Pero Madrid también es tradición, y es aquí donde podemos encontrar heladería que no han dejado de ofrecernos sus productos veraniegos desde hace más de 60 años.
Una de las más antiguas es la Heladería Los Alpez, que se abrió en el año 1950 y que se encuentra ubicada en la Calle Arciprete de Hita, 6. Los Alpes fue fundada por Manuel Sánchez en el barrio de Chamberí, y ha sido reconocida por sus sabores artesanales y su tradición familiar.
Sigue utilizando recetas tradicionales y ofrece una amplia variedad de sabores, desde los clásicos hasta los más innovadores.
La Heladería Romana de la Calle San Bernardo, 96, también lleva décadas ganándose el corazón de los madrileños, con sus productos artesanales y fieles a la tradición italiana.
Y no sólo por sus helados sino también por su horchata, no dejamos de recomendar la Heladería Alboraya, ubicada en el Paseo de la Habana, 50. Fundada por la familia Bereguer, originaria de Alboraya (Valencia), esa heladería se ha destacado por mantener las tradiciones valencianas en el corazón de Madrid.