En el día de hoy te traemos una receta para los fans de la piña que, con una serie de sencillos pasos, lograrás un postre espectacular y de sabor único especial para cualquier ocasión. Se trata de una mousse de textura suave y cremosa que hará que recibirás los aplausos de todos tus comensales. Y todavía no te contamos lo mejor, ¡es sin azúcar!. Sigue leyendo y no te vayas sin tomar nota de esta exquisita receta.
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Ingredientes
- 600 ml. nata líquida para montar (35% mat.grasa)
- 3 rodajas de piña en su jugo
- 300 ml. jugo de piña (el de la lata)
- 105 gr. gelatina en polvo (sabor piña)
- 5-6 hojas menta fresca
- 4-5 unidades de bizcochos de soletilla (melindros)
Para emplatar (opcional):
- 1-2 rodaja/de piña en su jugo
- unas hojas de menta fresca
- grosellas congeladas
Elaboración
El primero paso de la receta es preparar la gelatina. Para eso, pon en un bol el jugo de la lata de piña, introduce en el microondas y caliéntalo durante 2 minutos a 800w. Entre tanto, lava, seca y pica las hojas de menta. Transcurridos los 2 minutos, agrega la gelatina en polvo y mezcla bien hasta que se disuelva. Deja que se entibie (casi fría) a temperatura ambiente.
Paralelamente, corta en daditos no muy grandes las rodajas de piña y reserva. Pon en un bol mediano la nata líquida y, con la ayuda de unas varillas eléctricas, móntala durante unos 2 minutos y medio aproximadamente. Luego, en el bol donde tienes la nata montada, vierte la gelatina de piña en 3-4 veces, mezcla poco a poco y con movimientos suaves y envolventes integrándola. En el último vertido, agrega también los trocitos de piña y la menta. Mezcla bien para que se integren todo.
Para continuar con la receta corta un buen trozo de papel film y forra el molde con él, asegurando que toca bien todas las paredes y la base. Echa el contenido del bol y alisa bien la superficie. Coloca los melindros cubriendo toda la parte superior. Tapa con el sobrante de papel film y lleva al frigorífico durante 6 horas (como mínimo).
Para el paso del emplatado, retira el papel film, pon una fuente encima y gira el molde para poderlo desmoldar bien. Quita el resto del papel film y decora a tu gusto la mousse. Así de fácil y sencillo, tú y tus invitados disfrutarán de este sensacional postre digno de estar en la carta de cualquier restaurante.