El té matcha, cuyas hojas están molidas en forma de polvo muy fino color verde, es una bebida milenaria que se relaciona habitualmente con la cultura japonesa, aunque en realidad es de origen chino. Fueron los monjes budistas quienes descubrieron por primera vez que este té ayudaba a mantener la mente alerta, por lo que comenzaron a utilizarlo en pos de relajar el cuerpo para la meditación.
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Para consumirlo es necesario batirlo con agua para que los beneficios que aporta sean más efectivos. Como los compuestos saludables molidos que van a la taza están más concentrados que en el caso de las hebras, el té de matcha ayuda a quemar más rápido las grasas ya que contiene catequina EGCG (epigallocatechin gallate). Esta sustancia permite que se acelere el metabolismo y detiene el crecimiento de grasa en las células, especialmente si se consume antes de realizar una actividad deportiva.
El matcha combina cafeína, encargada de proporcionar energía, ya la vez L-Teanina, responsable de la calma y conciliación del sueño. Por eso al beber un té de matcha se obtiene energía durante un tiempo prolongado, pero también evita el nerviosismo y la fatiga posterior que causan otras bebidas excitantes.
En esa misma línea la L-Teanina, presente en este té, ayuda a reducir la ansiedad- Se trata de un aminoácido presente en grandes cantidades en el matcha, y su fin es incrementar la actividad en la frecuencia alfa del cerebro, lo que significa que relaja la mente, sin llegar a causar somnolencia. Eso hace que se reduzca el estrés y, por lo tanto, la sensación de ansiedad.
Por último, otros de los beneficios de esta sustancia, es que ayuda a mejorar considerablemente la concentración provocando en las personas que consumen té de matcha un efecto calma-alerta, causado por la combinación de cafeína y L-Teanina, hace que mejore la concentración. Se trata de un estado mental parecido al que se consigue con la meditación y el yoga.