El agua, generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque puede hallarse en su forma sólida como hielo o en su forma gaseosa como vapor. El agua es indispensable para la vida humana y su ingesta trae miles de beneficios. Como el agua puede presentarse de varias formas, una de ellas es de manera alcalina. Su receta es fácil de hacer y puedes prepararla de la siguiente manera a través de estos pasos. Además, tiene grandes beneficios.
Te podría interesar
El agua puede absorberse tanto de bebidas líquidas como de alimentos, en donde las frutas y las verduras contienen la mayor parte de agua, en un 85%. Entre los beneficios, el agua es fundamental para lubricar las articulaciones, facilita el proceso de digestión y mantiene los órganos en buen estado. Para evitar problemas de deshidratación, lo aconsejable es consumir más de dos litros de agua por día.
Por otro lado, el agua alcalina es aquella que tiene un PH elevado y más alto que el agua potable y por eso es menos ácida. Uno de los beneficios que tiene consumir este tipo de agua es que mejora la digestión, combate la retención de líquido y optimiza a la eliminación de las toxinas en el cuerpo. El agua alcalina es agua ionizada que además de mejorar el PH, contiene propiedades antioxidantes y cumple la función de desechar ácidos que se producen en la digestión.
Debido a un estudio publicado por la Clínica Mayo, indicaron que gracias a las propiedades del agua alcalina, el consumo se ha promovido y es un complemento para mejorar el PH del organismo cuando tiene ácidos. El exceso de acidez en la sangre es uno de los factores más relacionados al desarrollo de enfermedades. Este tipo de agua tiene la función de neutralizar el ácido del torrente sanguíneo y es por eso que su consumo puede ser beneficioso para la salud ósea, la presión arterial y digestiva.
Para hacer agua alcalina en casa, la receta es fácil y sencilla. En primer lugar se debe llenar una jarra alta de dos litros con agua limpia, se debe cortar un limón en ocho pedazos y colocarlos en la jarra. Hay que tener en cuenta que el limón no se debe exprimir. El último paso, es dejar reposar el limón de 8 a 10 horas y a temperatura ambiente.