El mundo del vino es apasionante. El placer de catar un varietal o un blend de una determinada bodega, que según su añada, posee diferentes características y atributos, puede llegar a ser un viaje que despierta los sentidos y demuestra la singularidad que encierra cada botella.
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Es por eso que te vamos a hablar de ese paso más, que para los amantes del vino, significa la cata. Antes que nada, es esencial que sepas que es importante catar con un objetivo. Es decir, si nos reunimos con amigos y cada uno trae una botella de distinto varietal y añada, va a ser una gran noche, pero probablemente no aprendamos nada.
Entonces, la primer clave, no acumular vinos de distintos varietales sobre la mesa, lo mejor es coger unleit-motive. Por ejemplo “cata de garnacha” y probar vinos de esta variedad de diferentes zonas como: Campo de Borja o Navarra, por ejemplo. También podemos centrarnos en una sola zona, como por ejemplo, la subregión Rioja Alavesa.
Las catas profesionales suelen ser horizontales o verticales. Las horizontales corresponden a probar diferentes vinos de la misma añada. Pongamos por ejemplo la añada 2003 (¡ese verano tan caluroso que se vivió en toda Europa!). Así podríamos comprobar cómo afectó el calor a los diferentes países.
También podemos probar añadas más recientes, como por ejemplo los reserva de Ribera del Duero del 2006 a través de sus diferentes municipios. La degustación vertical será a partir de un vino de una bodega específica, en el que observaremos su evolución en diferentes añadas (2002, 2001, 2000, 1999).
Así aprendemos como fueron las añadas y de qué forma envejece el vino en cuestión. Este ejemplo resulta caro, pero si de cada botella podemos hacer diez copas, vamos a lograr reducir el precio y ¡las percepciones se multiplican porque cada uno expresa las suyas!
Qué elementos necesitamos para una cata
-Copas tipo catavino, estándar, con el vidrio fino, transparentes (no valen las que tienen dibujos o colores para poder describir bien el color).
-Servir sólo un tercio (para poder mover bien el vino en la copa).
-Una superficie blanca (si no un folio o una servilleta) para poder ver el color (si no color del mantel nos puede confundir).
-Amigos o compañeros de cata con ganas de compartir emociones.
-Papel y bolígrafo (mejor que lápiz pues las primeras impresiones en el vino son más fiables que cuando intentamos racionalizar lo que sentimos).