Las bebidas alcohólicas son de muy fácil acceso para toda la población, inclusive la familia real. Estos tragos siempre se están asociadas a las tertulias y óseo. También, podemos verlas en las reuniones familiares y festividades. La idea siempre está centrada en tomarlo como un disfrute que nos relaje y pasar una buena velada.
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La familia real cuanta con tantos protocolos para su vida diaria que en las creencias populares se dice que ni dos sorbos de alcohol pueden consumir. Muchos seguidores de la serie en Netflix “The Crown” viene poniendo en tela de juicio esas afirmaciones y las bebidas alcohólicas no estrían tan prohibidas.
Lo que sí es verdad y hay que admitir, es que no existe un protocolo estricto como con otras reglas en cuanto a bebidas alcohólicas. Si bien no se puede extender la mano a la Reina si ella no saluda primero ni se puede seguir comiendo si ella ya terminó de hacerlo y otras reglas que podrían calificarse como un tanto extravagantes, no existen exigencias estrictas en la familia real con respecto a ingerir alcohol.
Muchos integrantes de la realiza tienen sus bebidas alcohólicas favoritas. Según público el diario Daily Mail, la misma Reina solía tomar al menos cuatro bebidas alcohólicas al día, sin jamás olvidar su Martini. Decimos solía porque este año sus médicos de la familia real le sugirieron que aminorara esta costumbre y lo dejara solamente para ocasiones especiales.
Otro miembro de la familia real que le encanta la bebida alcohólica es la Reina Madre Isabel, madre de la Reina Isabel II. Su gusto por el vino tinto de alta gama era sólo interrumpido por los embarazos, y su hija siguió con su costumbre. También, un gran amante del whisky single malt escocés, el Príncipe Carlos tampoco se resiste a su bebida alcohólica predilecta: el licor de brandy de cereza. En ocasiones lo bebe como digestivo, bien frío, después de las comidas y mezclado con champagne.