Probablemente hayas utilizado cientos de veces el romero en tus platos, esta hierba aporta gran sabor a nuestras comidas. Sin embargo, quizás desconozcas las sorprendentes propiedades del té de romero para nuestro hígado y nuestra salud en general. Te contamos su poder curativo y cómo preparar este tipo de bebidas.
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El romero es un arbusto de hojas perennes, aromático y habitualmente utilizado en la gastronomía mediterránea. Esta especie contiene múltiples nutrientes como fibra, calcio, zinc, potasio, magnesio y vitaminas A, C, B6. Las propiedades, que están presentes también en el té de romero, tienen diversos efectos positivos para nuestra salud como su poder cicatrizante o antiséptico pero destaca su uso para favorecer el funcionamiento del hígado.
La ingesta de té de romero está estrechamente ligada a dolencias o molestias que afectan al sistema digestivo y, especialmente, al hígado. El romero estimula las secreciones y la producción del jugo gastrointestinal. Además, el consumo de esta planta en infusión facilita la expulsión de la bilis que se almacena en la vesícula.
El romero y té de romero contiene además propiedades hepatoprotectoras que lo convierten en un excelente tratamiento deportivo para el hígado y puede favorecer la mejoría de dolencias relacionadas con este órgano como piedras en la vesícula o las relacionadas con el hígado graso. Pero el poder sanador del romero también es utilizado para aliviar el dolor de cabeza especialmente después de comidas con alto contenido graso.
Para elaborar la infusión o té de romero, que con seguridad mejorará la salud de nuestro hígado, colocamos medio litro de agua embotellada en un cazo y hervimos. Apagamos el fuego y añadimos 2 cucharadas de hojas y flores secas de romero. Dejamos reposar durante unos 10 minutos con el recipiente cerrado para evitar que los principios activos de la planta desaparezcan. Colamos la bebida.